El sujeto tiene 47 años y los delitos ocurrieron en la localidad santafesina de Frontera. cuatro de los chicos eran vecinos y dos pertenecen a su entorno familiar
Un hombre de 47 años, identificado como José Daniel Durán, fue condenado a 20 años de prisión por abusar sexualmente de cinco niños y de una niña menores de edad en la ciudad santafesina de Frontera, ubicada en el departamento Castellanos. Así lo dispuso el tribunal integrado por los jueces Juan Peralta, Osvaldo Carlos y Cristina Fortunato en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos y se llevó a cabo este viernes a través de la aplicación Zoom.
La fiscal que investigó los ilícitos es Ángela Capitanio, quien precisó que Durán fue condenado como autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal continuado y agravado; abuso sexual gravemente ultrajante continuado y agravado y abuso sexual simple. Asimismo, la pena impuesta fue por la autoría del delito de promoción a la corrupción agravada y por ser autor de amenazas simples en perjuicio de una de las víctimas.
Capitanio valoró que “todas las víctimas fueron informadas del proceso y prestaron su conformidad con el procedimiento y con la pena resuelta” y agregó que “lo mismo ocurrió con el condenado”.
“Los ilícitos por los que fue condenado Durán fueron cometidos cuando las víctimas estaban en los últimos años de su escolaridad primaria”, precisó la fiscal Capitanio y agregó que “en la actualidad ya son todos mayores de edad. De hecho, cinco de las seis personas abusadas se constituyeron como querellantes y hoy participaron de la audiencia de juicio abreviado que se hizo de forma remota”.
La fiscal del MPA sostuvo que “en todos los casos, Durán se aprovechó de la inmadurez de las víctimas y del vínculo afectivo y de confianza que tenía con ellas. Esa relación se debía a que eran vecinos o a que eran de su entorno familiar”. En tal sentido, sostuvo que “precisamente, ese vínculo trae consigo un plus de culpabilidad porque implica una transgresión más enérgica que incluye sobreponerse a la influencia disuasoria que cabe suponer derivada de los vínculos personales”
Capitanio agregó que “el condenado logró manipular a los niños y engañarlos. Los invitaba a jugar a la Play Station o a la computadora y abusaba de ellos”. En tal sentido, precisó que “las agresiones sexuales fueron cometidas de forma reiterada y en un número indeterminado de veces en la propia casa del condenado y en la vivienda de una tía de él, ambos inmuebles en la ciudad de Frontera. Asimismo, los abusos a uno de los niños también fueron cometidos en el depósito de un local comercial del condenado”.
La funcionaria del MPA aclaró que “los abusos cometidos en perjuicio de la niña, se concretaron en un local comercial de una familiar de la víctima. En dos oportunidades, Durán se acercó a la menor –que casualmente estaba del lado público del mostrador– y la agredió sexualmente”. Capitanio también indicó que “luego del segundo hecho ilícito, también le hizo señas con las que le sugirió que le quitaría la vida”.
Capitanio sostuvo que “con su accionar degradante, el condenado vulneró el normal desarrollo de la sexualidad de las víctimas” y añadió que “los ilícitos sufridos por las víctimas impactaron de manera transcendental para el resto de su vida, y también influyeron en el ámbito familiar de cada una de ellas”.
Por último, subrayó que “debe considerarse la edad de las víctimas al momento de los abusos” y concluyó que “es un indicador de la mayor indefensión de los menores, lo que derivó en grandes consecuencias físicas y psicológicas en ellos”.