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Historias de vida

Un costado de Malvinas poco conocido: el rol de las mujeres en la guerra


Foto: Cortesía de Alicia Mabel Reynoso a RT

Cuando se habla de la Guerra de Malvinas pocas veces se tiene en cuenta la figura de la mujer en aquel conflicto bélico. La labor de los soldados que pusieron el cuerpo y lucharon ha ido siendo reconocida, de buena manera, pero no pasa lo mismo con aquellas mujeres que se encargaron de salvar la vida de muchos de esos combatientes. Por ese reconocimiento, luchan actualmente.

Alicia Reynoso es una de las protagonistas de esta historia. En 1980 ingresó a la Fuerza Armada como enfermera y fue también jefa del Hospital Aeronáutico Central de Buenos Aires. Cuando tenía 27 años, en 1982, fue una de las 14 enfermeras llamadas a participar en el conflicto bélico.

Instaladas en un centro hospitalario adaptado en Chubut, cerca de Malvinas, su única misión era asistir a los soldados que llegaban del campo de batalla. «Cuando mi superior en Buenos Aires me convoca como Jefa de enfermeras para la guerra, sentí un orgullo inmenso. Me había preparado mucho tiempo en las Fuerzas Armadas y esta era una oportunidad de probarlo. Curar a los soldados que llegaban en estado crítico fue todo un honor y lo mismo lo fue para mis compañeras. Mi superior me había ordenado que preparase un equipo de cinco personas para dirigir en el hospital que habían montado en Comodoro Rivadavia, Chubut», contó Alicia al portal RT.

En ese base militar se había instalado un centro médico que contaba con 30 camas, zona de terapia intensiva y cirugía, agua potable y los insumos necesarios para atender las emergencias necesarias. De todas maneras, las enfermeras no dejaban de ser militares, por lo que vestían el uniforme obligatorio y estaban expuestas a un posible ataque.

Foto: Alicia Reynoso junto a una compañera de las Fuerzas Armadas. / Alicia Reynoso

Otra de las protagonistas de esta historia es Estella Morales, enfermera y compañera de Reynoso en Malvinas. Sus recuerdos se centran principalmente en el trabajo que tenían que realizar cada vez que llegaba un avión con soldados desde las islas.

«Se formaba una hilera en el piso a medida que iban aterrizando los aviones y los bajaban como podían. Nosotras salíamos corriendo a revisarlos. Nos impactaba su estado físico más que sus heridas. Flacos y escuálidos, con cuerpos pequeños, ya que algunos no superaban los 20 años. Puedo oír sus gritos como si hubiese sido ayer», relató al portal RT.

En cuanto a la labor diaria, aseguró: «Estaba todo muy bien organizado. Nosotras, junto a los doctores y otros empleados de la sanidad militar trabajábamos muy bien. Salvamos la vida de muchos soldados y eso nos deja tranquilas. Por eso, nos molesta que a aveces no se acuerden de nuestra labor y nos quieran borrar de la historia de Malvinas. Porque fuimos nosotras las que contuvimos y abrazamos a los heridos que volvían en las peores condiciones. Y la discriminación es doble: por ser mujer y por no haber disparado un arma».

Hoy, a 37 años de la guerra, las enfermeras luchan y piden por que se reconozca su invaluable trabajo durante aquellos 74 días. Durante muchos años, fueron una parte silenciada de la historia de Malvinas, pero han decidido que ya no más.

«Habíamos trabajado a la par de los soldados. Los esperábamos día y noche, a veces sin dormir, para recibirlos y curarles las heridas. Nosotras luchamos por el honor y la igualdad, no nos interesa la pensión estatal. Queremos instalar que el rol de la enfermera y la mujer en Malvinas fue igual de importante que cargar una ametralladora. Sufrimos la misma muerte y dolor que en el campo de la batalla», manifestó Reynoso.

Recién en 2013, luego de varios reclamos, fueron invitadas por primera vez a desfilar como veteranas de guerra en actos conmemorativos. «Casi nunca nos invitan a participar de ningún evento. Sólo cuando se acerca una fecha de aniversario. Pero a nosotros sólo nos interesa que las personas sepan nuestra historia. Que la mujer luchó por su país en tiempos dónde casi no se permitía el personal femenino en las Fuerzas. Vivimos un tiempo de revolución femenina y queremos contar lo que pasó en las Islas. El rol de la enfermera en la historia de Argentina, no puede olvidarse o desaparecer. Estuvimos, estamos y vamos a estar presentes», finalizó la enfermera.