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Un cohete chino sin control impactaría la atmósfera terrestre el fin de semana


Los especialistas no pueden calcular con exactitud dónde podría caer y generar, al menos, una lluvia de escombros

El programa espacial de China hizo historia hace una semana cuando lanzó el primer módulo de la estación espacial china que pretende convertirse en una alternativa a la Estación Espacial Internacional, ISS. El lanzamiento fue exitoso, pero no sin problemas y uno, bastante grave: el cohete Long March 5B se pasó de largo, y entró en órbita pese a que debería haber caído de manera controlada a la Tierra.

Con el lanzamiento, se logró que el módulo Tianhe alcance la órbita buscada. Así, China consiguió dar un paso fundamental hacia el establecimiento del país como un punto de referencia en el ámbito espacil. Sin embargo, también entró en órbita el cohete Long March 5B.

El Tianhe se separó de la etapa principal del cohete Long March 5B 492 segundos después del lanzamiento. El cohete está compuesto por una etapa principal y cuatro pequeños cohetes adjuntos que sirven de empuje para poner la carga en órbita.

La mayoría de cohetes no reutilizables realizan una reentrada en la atmósfera de manera controlada una vez que han cumplido su misión. En ciertas ocasiones, pueden alcanzar órbita, pero siempre a una altura dentro de todo baja para no chocar con satélites y acelerar el reingreso. Generalmente, el objetivo es que el cohete termine cayendo en un punto concreto y controlado o siendo despedazado por la fricción en la atmósfera.

En el caso del Long March 5B no será así. Si bien en un principio se pretendía hacer una entrada controlado, se confirmó que el no es posible esa acción. El cohete está dando vueltas sin control con una inclinación de 41,5 grados.

Es imposible saber cómo y dónde caerá a la Tierra. Al estar «dando tumbos» su posición es totalmente imprevisible. Además, se traslada a una velocidad muy elevada, haciendo una órbita a la Tierra cada 90 minutos. Por lo tanto, una diferencia de apenas unos minutos en la reentrada se traduce en miles de kilómetros de distancia.

Por ahora, expertos calculan que podría estrellarse algo más al norte de Madrid, Nueva York o Beijing, o al sur de Chile y Nueva Zelanda. Es decir, en cualquier parte del mundo. El estimado es que lo haría el próximo fin de semana.

Las alarmas aún no se encendieron porque se espera que el cohete se dehaga, por lo menos parcialmente en la primera reentrada. Además, lo más probable es que caiga en el agua. Así y todo, es la primera vez en 30 años que una masa semejante ha perdido el control en órbita, por lo que no hay muchos antecedentes de lo que puede pasar.