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En California

Un chef italiano alimenta a niños sin techo con “el poder de la pasta”


Por Laurent Banguet (NA)

Para miles de niños en pobreza y sin un hogar, el chef Bruno Serato es un súper héroe. ¿Su poder? Combatir el hambre con mucha pasta y salsa de tomate.

El chef italiano sonriente, dueño del reconocido restaurante «The White House» en Anaheim, 40 km al sur de Los Ángeles, habrá servido al final de este jueves 3 millones de porciones en 14 años.

«Con la pasta tengo el poder de ganar la guerra contra el hambre», dijo a la AFP Serato, que cada día alimenta a unos 5.000 niños en 90 lugares, entre escuelas y centros sociales.

Este chef, que nació en Francia en 1956, llegó a Anaheim en la década de 1980. La ciudad está ubicada en el condado de Orange, uno de los más ricos de Estados Unidos y donde se abrió el primer parque de Disney, Disneyland.

Pero la vida no es siempre color de rosa: decenas de niños no tienen hogar y viven en moteles, casas rodantes o albergues, como otras decenas de miles de personas en toda la cosa oeste del país.

También fue allí donde el 18 de abril de 2005 le cambió la vida a Serato. Acompañado de su madre Caterina, que vino a visitarlo de Italia, fue a un centro infantil cerca de su negocio.

La mujer se horrorizó al ver a un niño comiendo unas papas fritas. Era su cena: su familia vivía en un motel y no tenía dinero ni instalaciones para prepararle una comida decente.

«Como buena madre italiana dijo: si tiene hambre, dale pasta. Y nos fuimos al restaurante a prepararle un poco. No he parado desde entonces», recordó con los ojos brillantes.

Catorce años después, la fundación «Caterinas Club», que Serato creó para alimentar niños en situación de pobreza, opera en 30 ciudades en California.

«¡Nunca tuve hambre!»

Serato recordó su infancia en los campos de Laon, norte de Francia, donde nació, por donde corría con sus hermanos. Sus padres eran trabajadores agrícolas provenientes de Italia, adonde volvieron cuando el pequeño Bruno tenía 11 años.

El chef aseguró que aunque la ropa que llevaba era vieja, donada por sus vecinos, nunca le faltó nada. «¡Comí espagueti con salsa marinara todos los días porque no costaba nada y nunca tuve hambre!», afirmó.

«Caterinas Club» prepara cada día 350 kg de pasta y decenas de litros de salsa, que miles de niños devoran en cuestión de minutos… Lo importante es que hay para repetir.

Serato habló con la AFP en el centro social «Girls and Boys Club» de Anaheim, donde comenzó el «Caterinas Club» tres millones de porciones atrás.

Los chicos esperaban en una fila corta y mientras recibían su comida intercambiaban sonrisas con el chef, vestido con una filipina negra y roja.

«Mucha gente quiere ayudar, pero no sabe cómo. Empieza despacio, con algo pequeño. Comienza con un plato para uno, luego para 10, 15…», indicó este chef alto y con la cabeza rapada a cero.

Hace meses decidió no abrir su restaurante a la hora del almuerzo y usar sus cocineros y empleados para la fundación. «Teníamos comensales, pero nunca estábamos llenos, pensé que debíamos elegir».

Serato escribió «El poder de la pasta», en el que recoge su visión y compromiso con la fundación… También comparte 40 recetas. El libro se lo entregó al papa Francisco en octubre pasado.

«Si las iglesias, de todas las religiones, recogieran pasta, arroz o cuscús y los distribuyeran, nadie tendría hambre en el mundo. Es fácil de hacer, no hay necesidad de milagros», insistió.

Aunque fue casi un milagro cuando en 2017 un incendio arrasó con su restaurante, en el que estaba el trabajo y sudor de 30 años, y pensó que tendría que detener su trabajo social.

Aún llorando frente a los escombros, recibió una llamada. Era el obispo local que le prestó gratuitamente las cocinas de su catedral para seguir cocinando para sus pequeños, mientras reconstruía su local.

«Al día siguiente estaba cocinando la pasta para los niños y me había olvidado de todo», rememoró sonriente.

https://www.facebook.com/CaterinasClub/videos/1005501376306632/