Un Barcelona con un once inicial inédito por la ausencia de casi todas sus estrellas empató sin goles (0 a 0) en su visita al colista Huesca, este sábado en la 32ª jornada de la Liga española, donde el Atlético de Madrid (2º) aprovechó ese tropiezo superando 2 a 0 al Celta de Vigo.
La victoria colchonera permite que el equipo de Diego Simeone recorte de 11 a 9 puntos su desventaja con respecto al Barça, que todavía tiene un amplio margen, cuando quedan apenas seis jornadas para el final del campeonato.
Pensando en el partido de vuelta de la Liga de Campeones el martes contra el Manchester United, en el que los azulgranas defenderán el 1 a 0 logrado en Old Trafford, el técnico del Barça, Ernesto Valverde, decidió dejar a muchas de sus estrellas en Barcelona, presentando ante el colista Huesca un once inhabitual.
De hecho, salvo el portero alemán Marc André Ter Stegen, el resto de componentes del equipo inicial no ha sido titular habitual esta temporada y algunos, como el colombiano Jeison Murillo o los jóvenes Jean-Clair Todibo, Moussa Wagué y Riqui Puig jugaban sus primeros minutos del curso.
En ausencia de Lionel Messi y de Luis Suárez, la dupla atacante que presentó el Barça estaba formada por el francés Ousmane Dembelé y el ghanés Kevin-Prince Boateng.
Con tantos cambios, no es de extrañar que el juego del Barça no fuera el habitual y el partido estuvo más igualado de lo que hacía pensar los 49 puntos de diferencia que había entre ambos equipos al comenzar el encuentro.
«Dentro de la dificultad que ha tenido todo, que ellos se estaban jugando la vida, la prueba para los jugadores era difícil y creo que ha estado bien», se felicitó Valverde. «¿Si podríamos haberlo hecho mejor? Sí, pero en líneas generales estamos contentos», añadió.
El equipo oscense, que necesitaba sumar la victoria para seguir manteniendo opciones de salvar la categoría, comenzó acechando el arco contrario y el argentino Ezequiel Chimy Ávila pudo abrir el marcador con un cabezazo que se fue rozando la madera (12).
El Barça respondió con mano a mano de Dembelé que perdió ante el portero oscense Roberto Santamaría y en el córner siguiente Murillo conectó un cabezazo que volvió a desviar el arquero local (17).