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Un baño de agua fría en invierno parece que estimula y sienta bien


Foto: Getty Images

Se trata de un campo de investigación con potencial para ofrecer nuevos tratamientos para una variedad de afecciones, desde la presión arterial alta y la diabetes tipo 2 hasta la depresión y la inflamación crónica

La natación en agua fría tiene cada vez más popularidad bajo la premisa de que puede transformar la mente y el cuerpo. Científicos comenzaron a investigar la filosofía de la inmersión en agua fría y, al parecer, puede tener varios beneficios.

Se trata de un campo de investigación con potencial para ofrecer nuevos tratamientos para una variedad de afecciones, desde la presión arterial alta y la diabetes tipo 2 hasta la depresión y la inflamación crónica, según informa la BBC.

A lo largo de la evolución, el cuerpo humano ha desarrollado una respuesta al estrés que se activa automáticamente cuando está bajo amenaza para mantener su cuerpo con vida. El agua fría es considerada por el cuerpo como una gran amenaza, por lo que se activa la respuesta primera al estrés.

Por esto, hay hiperventilación, el ritmo cardíaco se dispara y el organismo se llena de adrenalina. Los vasos sanguíneos comienzan a hacer todo tipo de trucos para cambiar de forma, desde disminuir de tamaño rápida y drásticamente en cuestión de segundos en algunas partes de su cuerpo, hasta duplicar su tamaño en otras.

El punto está en que si bien el estrés crónico no es bueno, evidencia indica que una ráfaga corta de estrés y en la dosis correcta puede ser beneficiosa.

Chica tratando de meterse en un lago helado en Suecia

Un estudio aleatorio controlado en los Países Bajos durante lo meses de invierno mostró que los voluntarios a los que se les pidió que tomaran duchas frías de 30 segundos todas las mañanas durante 60 días se enfermaron un 30% menos de días que el grupo de control, que disfrutó bañándose sin congelarse.

Después de las inmersiones en agua fría, ha habido informes de aumento de los niveles de dopamina, serotonina y b-endorfina, en consonancia con el «subidón posnatación» que reportan muchos entusiastas del agua fría. También se han realizado estudios de casos en los que se ha demostrado que la natación en agua fría ayuda a reducir el uso de antidepresivos.

Además, un área interesante es cómo la habituación al frío disminuye las respuestas inflamatorias con el tiempo. Eso es clave ya que «la inflamación es algo que se cree que sustenta muchas de nuestras afecciones modernas, como la depresión, el alzhéimer, diabetes tipo 2, etc.».

Según un estudio, solo seis inmersiones en agua fría producían un efecto fisiológico que aún podía verse más de un año después. Es un perspectiva que emociona, ya que por mcuhos años únicamente se estudiaron los efectos perjudiciales del frío.