El arzobispo de Adelaida, Philip Wilson, fue encontrado hoy culpable de encubrimiento de cuatro casos de abuso sexual a menores ocurridos en la década del 70 por otro sacerdote, convirtiéndose en el miembro de la Iglesia Católica de mayor rango en el mundo en ser condenado por ese delito.
El juez del tribunal de Newcastle, Robert Stone, consideró que el arzobispo encubrió los abusos sexuales perpetrados por el fallecido sacerdote James Fletcher al no haber trasladado las denuncias de las víctimas a la policía, lo que podría abrir la puerta a procesos similares.
«El acusado quiso proteger a la Iglesia y su imagen», dijo el magistrado, quien anunciará la condena que impone al prelado el próximo 19 de junio, según informó la agencia EFE, que indicó que la condena podría se de dos años de cárcel.
El arzobispo fue acusado tras una investigación policial que destapó varios casos de encubrimiento de antiguos y actuales clérigos de la diócesis de Maitland-Newcastle, en el estado de Nueva Gales del Sur, a unos 120 kilómetros al norte de Sídney.
El fallo fue celebrado por una de las víctimas de Fletcher, Peter Creigh, quien aseguró a la prensa que la decisión «puede desarmar la hipocresía, el engaño, el abuso de poder y la confianza que muestra» la Iglesia Católica.
El caso contra Wilson se centra en el encubrimiento que este hizo de los abusos cometidos por Fletcher contra dos monaguillos, Creigh, que entonces tenía 10 años, y otra persona que no ha sido identificada, cuando el ahora arzobispo era asistente en la parroquia de East Maitland.
El juez consideró creíble y veraz el testimonio de Creigh sobre los abusos que sufrió del cura pederasta, quien lo obligó a cometer felación y a masturbarlo, así como de la conversación que la víctima tuvo con Wilson sobre los hechos en 1976.
El otro monaguillo también reveló a Wilson en confesión ese mismo año, cuando tenía 11 años, los abusos a los que le sometió Fletcher, que murió en enero de 2006, 13 meses después de ser encarcelado por pederastia.
Según el juez, Wilson «sabía que lo que estaba escuchando era una queja creíble» y que una denuncia de esa naturaleza «se recordaría durante mucho tiempo», aunque aceptó que el arzobispo no participó en los abusos ni supo de las ofensas por boca de Fletcher.
La defensa de Wilson, quien lleva un marcapasos y al que se le diagnosticó recientemente Alzheimer, sostuvo que el clérigo nunca debió ser procesado por encubrimiento porque en aquella época las ofensas hubieran sido consideradas como «actos indecentes» y no delitos.
Una comisión que investigó la respuesta institucional a la pederastia en Australia encontró que la Iglesia Católica, con fuerte arraigo en el país, recibió quejas de 4.500 personas por presuntos abusos de unos 1.880 hermanos y sacerdotes entre 1980 y 2015.
El fallo coincide con el juicio que el cardenal George Pell, «número tres» del Vaticano, afronta en Australia, cuyos detalles no pueden ser divulgados hasta que concluya el proceso por orden judicial.