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Política y Economía

Cumbre mundial

Un apretón de manos no es garantía de un buen acuerdo


Ariana Operti Durante dos días, el mundo posó sus ojos en Argentina, más precisamente en Buenos Aires, donde se llevó a cabo la cumbre del G20. Con el país que preside como anfitrión, Mauricio Macri aprovechó para desarrollar gran cantidad de reuniones bilaterales con mandatarios y equipos de funcionarios de diversas delegaciones. Algunas finalizaron con promesas de acuerdos y otras con la firma ya puesta en los convenios. Los resultados parecen ser positivos a nivel gubernamental y para la imagen mundial del argentino. Sin embargo, ¿serán del todo positivos para superar la difícil realidad del país? Sin dudas puede enumerarse que el avance mayor se realizó con Estados Unidos. Dos tratados sobre comercio e inversiones energéticas y uno sobre aviación dejaron expuesta que la amistad entre el magnate estadounidense Donald Trump y Macri resultó una buena razón para llegar a dichos pactos. Además, se terminó de definir que no existirá un tope al ingreso de carne argentina al país norteamericano, lo cual es positivo para los exportadores locales. Un tema que quedó pendiente es el de la situación delicada del país, ya que ambos mandatarios optaron por expresar su preocupación por Venezuela, eludiendo la realidad social local. Lo que sí ocurrió fue que Estados Unidos manifestó su “respaldo a las reformas que está haciendo Argentina y las medidas económicas que lleva adelante”. Un guiño más para la política económica y monetaria de Macri, que pretende ser profundizada el próximo año, para cumplir con los requisitos del Fondo Monetario Internacional. También pueden enumerarse las mejoras en los lazos de cooperación con Rusia, con nuevos acuerdos de mecanismos de conservación y manejo sostenible de recursos vivos marinos y de trabajo en conjunto para eliminar la pesca ilegal, un conflicto arduo y difícil de eliminar en las aguas del Mar Argentino. El convenio para proteger, promover inversiones entre Argentina y Japón demostró otra ‘jugada’ positiva del mandatario local ya que asegura una mayor unión con un país mucho más estable que el propio y que, a futuro, puede convertirse en un aliado más que interesante. En definitiva, la mejora en los vínculos comerciales con los distintos actores económicos mundiales es positiva, pero siempre y cuando se puedan aprovechar los avances obtenidos durante la cumbre de líderes, se cumpla con lo previsto y los resultados sean los esperados. Una firma no asegura nada, y menos en una economía como la de Argentina, que desde hace años se muestra inestable.  Como definió Nabih Yussef, miembro del Consejo de Estudios Interdiciplinarios Económicos y Políticos, a CLG, “es un análisis paupérrimo pensar que por tener una linda gala o un gesto bondadoso con algún jefe de Estado, las cosas cambiarían y nos lloverían inversiones”.]]>