Los restos de María Isabel «Chicha» Chorobik de Mariani, fundadora de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, fueron velados hoy en el Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde su familia, amigos y compañeros le dieron su último adiós.
La dirigente murió este domingo a los 94 años y sin cumplir su objetivo de reencontrarse con su nieta, Clara Anahí, secuestrada cuando era una bebé durante un operativo a manos de un grupo de tareas dirigido por el represor Miguel Etchecolatz.
Había sido internada el martes 7 de agosto por la noche después de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) y, durante la hospitalización, el cuadro se completó con una insuficiencia respiratoria, lo que agravó su estado de salud.
«Chicha» falleció sin encontrar a su nieta, tarea a la que había dedicado su vida: a fines de diciembre de 2015, el caso de la supuesta identificación del nieto recuperado 120 tuvo un giro inesperado, luego de que el Banco Nacional de Datos Genéticos descartara «la existencia de un vínculo filial» entre la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo y una joven que había llegado a su casa atribuyéndose ser su nieta.
Los padres de Clara Anahí, Diana Teruggi y Daniel Mariani, militaban en la organización peronista armada Montoneros y vivían en una casa platense donde funcionaba la imprenta clandestina de la revista «Evita Montonera» bajo la apariencia de un criadero de conejos.
El 24 de noviembre de 1976 un grupo conformado por agentes de la Policía bonaerense, el Ejército y la Armada rodeó la casa donde vivían Mariani, de 28 años (que en ese momento estaba en Buenos Aires); Teruggi, de 26, y la hija de ambos, Clara Anahí, que entonces tenía tres meses.
Según la investigación judicial, ese día el policía bonaerense Néstor Ramón Buzzato se subió a uno de los techos de las casas linderas, junto al general Ramón Camps, Miguel Etchecolatz y otros agentes, y Diana y tres compañeros que estaban allí resistieron disparos con pistolas y ametralladoras y ataques con mortero y explosivos durante seis horas.
Diana fue abatida en esa casa de la calle 30, mientras que Mariani también fue asesinado en agosto de 1977: Anahí fue secuestrada y su abuela Chicha nunca abandonó la búsqueda, incluso a pesar de que los represores a cargo del operativo comandado por el Ejército contra la vivienda platense, aseguraban que la beba había muerto «carbonizada».
Incluso, durante el juicio por los crímenes cometidos en el Circuito Camps, Etchecolatz (director general de Investigaciones de la Policía Bonaerense entre 1976 y 1979) había declarado que Clara Anahí había sido asesinada en ese ataque a la casa de calle 30.
«Sabiendo la perversidad que lleva adentro Etchecolatz no le creo. Es otra puñalada que me piensa asestar en el corazón», fue entonces la respuesta de «Chicha» Mariani, mientras transcurría el juicio, en 2011.
En 1977, Mariani y Alicia Licha Zubasnabar de De la Cuadra decidieron crear una organización de abuelas para buscar a sus nietos desaparecidos, mientras que en 1996, «Chicha» fundó además la Asociación Anahí, un organismo que promueve, sostiene y defiende la plena vigencia de los derechos humanos.
«Despedimos con enorme tristeza a una mujer fundamental en los inicios de la búsqueda de los niños y niñas apropiados por el terrorismo de Estado y un símbolo de la lucha por los derechos humanos. (…) Querida Chicha, la seguiremos buscando, junto a todos los nietos y nietas que faltan», expresó Abuelas en un breve comunicado de despedida.