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Ucrania agotó sus armas y depende de sus aliados en medio de intensos combates con Rusia


El Ejército ucraniano agotó sus reservas de munición y depende exclusivamente de la ayuda militar internacional para defenderse de la invasión rusa

Ucrania se quedó sin armamento de fabricación rusa y soviética, por lo que ahora depende exclusivamente de sus aliados occidentales para poder hacer retroceder a las fuerzas que responden al Kremlin en el este y sur del país, teatro de feroces combates desde hace semanas.

Así lo señaló el subjefe de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniana, Vadim Skibitski, quien dijo que el Ejército de su país agotó sus reservas de munición y depende exclusivamente de la ayuda militar internacional para defenderse de la invasión rusa.

«Esto se convirtió en una guerra de artillería y estamos perdiendo», dijo Skibitski en declaraciones al diario británico The Guardian.

«Todo depende ahora mismo de la ayuda que Occidente nos entrega. Hemos agotado casi toda nuestra munición de artillería», afirmó.

Añadió que «casi hemos agotado nuestras municiones y ahora estamos usando proyectiles estándar de la OTAN, del calibre 155» y advirtió que Moscú podría continuar al ritmo actual de ataques durante un año sin fabricar más armas.

«Si tienen éxito en el Donbass -la región industrial que es actualmente el principal teatro de operaciones de la guerra-, podrían usar estos territorios para lanzar otro ataque contra Odesa, Zaporiyia y Dnipro. Su objetivo es toda Ucrania y más», advirtió.

Como país que alguna vez integró la extinta Unión Soviética (URSS), Ucrania levantó sus fuerzas armadas e industria militar sobre la base de equipamiento soviético y luego ruso, con armas, tanques, obuses y artillería general que no es homologable con el material occidental.

Sin embargo, a tres meses y medio de la invasión rusa, la enorme mayoría de estos equipos y las reservas se agotaron o fueron destruidos, por lo que Kiev clama por más ayuda de las potencias occidentales. como único camino para contener a las fuerzas rusas.

Inicialmente Occidente fue cauteloso ante estos pedidos de Kiev, e intentó conseguir material de procedencia soviética entre países que pertenecieron a la órbita de la URSS, más conocido por las tropas ucranianas.

Sin embargo, todo eso ya fue usado y no es posible conseguir más porque esas armas «ya no existen en el mundo», según un funcionario estadounidense citado por la agencia AFP.

El envío de material comporta varios riesgos, entre ellos que cayera en manos rusas, y también que el conflicto trascienda los límites geográficos a los que está circunscripto por ahora, por lo que varios envíos de armas se hicieron bajo el compromiso de Ucrania de no utilizarlo en territorio ruso.

Ahora, sin embargo, Occidente despacha cada vez más material, con el que las fuerzas ucranianas deben entrenarse, por tratarse de armamento que no conocen.

En el frente, el Estado mayor del ejército ucraniano indicó en Facebook haber golpeado «posiciones rusas» en cinco localidades de Jerson (sur), una de las primeras regiones en caer bajo control de Moscú tras el inicio de la invasión el 24 de febrero.

La ofensiva rusa, que fue repelida en otras partes de Ucrania, se centra actualmente en el sur y el este del país, concretamente en el Donbass, formado por las provincias de Lugansk y Donetsk y controlado parcialmente por rebeldes prorrusos desde 2014.

Los combates arrecian sobre todo en Severodonetsk y la vecina Lisichansk, posiciones claves en la conquista de este territorio.

Las tropas rusas ya controlan parte de esta antigua zona industrial y, según informó el gobernador de Lugansk, Serguei Gaidai, destruyeron el Palacio de Hielo de Severodonetsk, uno de los símbolos de la localidad.

Más allá de los combates en el terreno, la guerra ya afecta gravemente el abastecimiento mundial de cereales.

Rusia y Ucrania, responsables de un 30% de las exportaciones mundiales de trigo, se reprochan mutuamente la destrucción de las reservas de cereales. Además, Ucrania tiene paralizadas millones de toneladas de granos que no puede exportar por el bloqueo de sus puertos.

Por otro lado, las sanciones occidentales impiden que Rusia exporte gran parte de su producción agrícola o de fertilizantes.

Un asesor del presidente francés Emmanuel Macron dijo que Francia estaba dispuesta a ayudar a garantizar el acceso al puerto ucraniano de Odesa.

Kiev se niega a retirar las minas de este puerto, por temor a que Moscú aproveche para atacar la ciudad.

Macron viajará la próxima semana a Rumanía y Moldavia, que comparten frontera con Ucrania, pero aún no se fijó una fecha para que visite Kiev, según el Elíseo.

La invasión rusa puso en vilo a los países europeos y nueve de ellos instaron hoy a la OTAN a reforzar su flanco oriental.

Los líderes de Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia se reunieron en Bucarest, la capital rumana, a menos de tres semanas de una cumbre de la Alianza en Madrid.

«En vista del aumento de los riesgos para la seguridad en Rumanía y el mar Negro, la consolidación de la OTAN en su flanco oriental… resulta aún más urgente y crucial», manifestó el presidente rumano Klaus Iohannis.

Además de armamento, las fuerzas ucranianas recibieron refuerzos de miles de voluntarios extranjeros que se alistaron para combatir la invasión de Rusia.

Tres de ellos, dos británicos y un marroquí, fueron condenados a muerte el jueves por las autoridades separatistas de la región de Donetsk, acusados de actuar como «mercenarios» de Ucrania.

La jefa de la diplomacia británica, Liz Truss, aseguró que fue «una farsa de juicio sin absolutamente ninguna legitimidad» y un portavoz de su gobierno exigió que se les dé un tratamiento de «prisioneros de guerra».

La ONU considera que estos juicios no tenían «garantías» y constituían en sí «un crimen de guerra», afirmó la portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani.

Por otro lado y con las negociaciones de paz rotas, el papa Francisco recibió hoy en el Vaticano a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con la guerra en Ucrania como eje central y la urgencia por evitar una crisis global de alimentos producto del conflicto.

El pasado fin de semana, el Papa había pedido a dirigentes de todo el mundo que encuentren «soluciones concretas» para el conflicto antes de que se lleve «a la humanidad a la ruina» a causa de la guerra.