A más de cinco décadas de la llegada del hombre a la Luna, Richard Branson, Jeff Bezos y Elon Musk, los tres hombres más ricos del mundo, parecen competir por convertirse en los embajadores del espacio exterior
El Mundo a un Clic es una serie semanal que explora tendencias, temas actuales y controvertidos. El cyborgismo, la industria del streaming, el sextech, los chatbot, el sharenting, las grandes tecnológicas, la Generación Z y la Inteligencia Artificial, entre otras temáticas serán los tópicos que se abordará en cada episodio.
En 1969, Neil Armsotrong, comandante de la misión norteamericana Apolo 11, se convirtió en la primera persona en pisar la superficie lunar. Exactamente 52 años después, un viaje espacial volvió a ser noticia pero protagonizado por un millonario. Jeff Bezos realizó su primer viaje de turismo al espacio exterior a bordo de su propia nave espacial.
La conquista del espacio exterior comenzó como una carrera entre dos potencias mundiales. Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaron el control espacial durante el periodo de Guerra Fría. Los dos primeros hitos los marcaron los soviéticos, el 4 de octubre de 1957 pusieron en órbita al satélite Sputnik 1, y cuatro años después llevaron al primer ser humano al espacio exterior, Yuri Gagarin a bordo de la cápsula Vostok 1. Sin embargo, fue Estados Unidos quien obtuvo la victoria al enviar al primer hombre a la Luna: el 20 de julio de 1969, los astronautas del Apolo 11 plantaron la bandera norteamericana en la superficie lunar.
Cinco décadas después, Richard Branson, Jeff Bezos y Elon Musk, los tres hombres más ricos del mundo, parecen competir por convertirse en los embajadores del espacio exterior.
Consultado por Télam sobre las motivaciones que impulsaron a los multimillonarios a invertir parte de sus fortunas en misiones espaciales, Andrés Rodríguez, Ingeniero electrónico y docente de ITBA advierte que parece prematuro o excesivo hablar de `conquista del espacio´ y demasiado simplista que se trate de una `rivalidad entre millonarios´. “Estos empresarios han hecho propia una visión impulsada no únicamente por el interés comercial sino también por aspectos simbólicos y de prestigio”, explica.
El inglés Richard Branson comenzó su negocio con una pequeña tienda de discos en Londres y en pocas décadas lo convirtió en la marca de un negocio que se fue diversificando. A la discográfica Virgin Records, sumó en 1984 a la aerolínea Virgin Atlantic Airways; en 1993, ingresó al negocio ferroviario con Virgin Trains; en 1999, formó Virgin Mobile, una empresa de telefonía celular; y el 25 de septiembre de 2004, anunció la creación de una nueva compañía de turismo espacial: Virgin Galactic Airways.
En “La Historia de Virgin Galactic”, un video con el que Branson publicitó su viaje al espacio, explica que la llegada del hombre a la Luna fue un momento catalizador para él, “recuerdo a mi papá llevándome afuera, simplemente miramos hacia la luna, y pensé que yo y muchos otros jóvenes algún día podríamos ir al espacio… espere y espere, pero la oportunidad no llegó” . El 11 de julio pasado, Branson cumplió su sueño de niño, a bordo de su propia nave bautizada Unity (Unidad) se elevó unos 80 kilómetros del suelo y alcanzó el límite entre la atmósfera y el espacio exterior. Junto a Branson, viajaron dos pilotos y otros tres tripulantes, todos empleados de su compañía.
Nueve días después, el también multimillonario Jeff Bezos, fundador de Amazon y propietario del periódico The Washington Post, realizó un viaje similar a bordo de la New Shepard, una nave autónoma, creada por su propia empresa de transporte aeroespacial, Blue Origin.
La nave New Shepard despegó el pasado 20 de julio desde las instalaciones de Blue Origin en Van Horn, una zona desértica del estado de Texas. En once minutos, Jeff Bezos y una tripulación de tres personas integrada por su hermano Mark, una aviadora de 82 años y un joven holandés que pagó casi 24 millones de euros en una subasta, despegó de la tierra, voló al espacio y aterrizó. La hazaña de Bezos requirió una inversión de 5 mil millones de dólares.
En una rueda de prensa después de realizar su primer viaje al espacio, Bezos declaró que fue “una aventura pero también algo importante, el primer paso de algo muy grande”. Comparó su experiencia con la creación de su empresa de comercio electrónico, “lo hice con Amazon hace tres décadas, uno sabe cuando tiene entre manos algo importante”. Y aseguró que los viajes al espacio exterior continuarán, “estamos llegando a los 100 millones de dólares en venta privada, hay mucha demanda así que vamos a continuar porque queremos practicar con este vehículos, tener más cohetes y volar con más frecuencia”.
Aunque los precios de los vuelos espaciales están lejos de ser accesibles, las compañías de transporte espacial de los hombres más ricos del planeta tierra no solo diseñan, fabrican y lanzan cohetes al espacio exterior, sino que prometen inaugurar una nueva era y convertir a la humanidad en una civilización espacial. “Estamos abriendo un camino al espacio para que nuestros hijos y sus hijos puedan construir el futuro”, dijo Bezos tras realizar su primer viaje de turismo al espacio.
Pero la excursión de millonarios por el espacio exterior recién empieza. El tercer magnate en competencia es el sudafricano nacionalizado estadounidense Elon Musk, cofundador de la empresa de pagos en línea PayPal, líder de Tesla y fundador de la empresa de transporte espacial Space X. SpaceX está desarrollando Starship, una nave suficientemente preparada como para hacer un viaje a Marte.
Mientras Branson y Bezos compiten por llegar más alto (Blue Origin propiedad de Bezos asegura que el vuelo de Branson no fue espacial porque no superó la línea de Kármán, situada a 100 km de la Tierra), Musk se prepara para un viaje superador. Asegura que él a diferencia de sus dos competidores no es un agente turístico y se autoproclama embajador de Marte. En su programa Saturday Night Live (SNL) bromeó, “reinventé los autos eléctricos y estoy enviando gente a Marte en un cohete, ¿pensaban que además iba a ser un tipo normal y relajado?”.
Elon Musk incluso se refirió a la posibilidad de llevar seres vivos a otros planetas para preservar la vida frente a escenarios de extinción en la Tierra. “Es una idea lejana y que requerirá recursos y plazos muy grandes en caso de llevarse a cabo”, explica Rodríguez y agrega “por el momento las principales oportunidades pasan por contratos entre entes gubernamentales de varios países y empresas privadas para colocar satélites en órbita, reabastecer a la Estación Espacial Internacional, transportar astronautas y enviar distintos tipos de naves hacia otros planetas”.
Sin embargo, en mayo de este año, la agencia espacial rusa Roscosmos anunció que están listos para producir la primera película en el espacio. Una misión integrada por la actriz rusa Yuliya Peresild y el director Klim Shipenko ya comenzó su entrenamiento para viajar el próximo 5 de octubre y rodar el primer filme de ficción en el espacio. Además, el empresario japonés Yusaku Maezawa y su asistente Yozo Hirano preparan su viaje de turismo espacial para fin de año. ¿Excentricidad, oportunidad de negocio o vía de escape hacia un nuevo planeta?