Las autoridades de Indonesia elevaron este martes a 429 el número de muertos tras el tsunami que golpeó el sábado el litoral del estrecho de Sonda, donde los equipos de rescate siguen la búsqueda de más víctimas. El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, dijo en rueda de prensa que también hay al menos 154 personas desaparecidas a causa del desastre que causó además unos 1.500 heridos.
Brigadas de socorristas con excavadoras y otros equipos pesados intentaban despejar los escombros esparcidos por el maremoto. Algunos rescatistas trabajaban simplemente con las manos para levantar objetos con la esperanza de hallar desaparecidos. Entretanto, miles de personas han sido evacuadas a zonas de altura.
«El número de víctimas y de daños seguirá aumentando», explicó el el portavoz de la agencia nacional de gestión de catástrofes, Sutopo Purwo Nugroho. La ola dejó a su paso una acumulación de numerosos escombros, fragmentos de tejados, trozos de madera, árboles arrancados.
Según las autoridades, el tsunami podría haberlo provocado un aumento repentino de la marea debido a la luna llena combinada con una avalancha submarina tras la erupción del Anak Krakatoa, que forma una pequeña isla en el estrecho de la Sonda. «La combinación provocó un tsunami repentino que golpeó la costa», indicó Nugroho, aunque señaló que la agencia geológica de Indonesia trabajaba para intentar elucidar cómo se produjo exactamente.
A diferencia de los tsunamis causados por sismos, y que desencadenan sistemas de alerta, las olas ‘volcánicas’ dejan muy poco tiempo a las autoridades para prevenir a la gente.
Indonesia, una de las zonas más proclives a sufrir catástrofes de la Tierra, se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde coinciden placas tectónicas y se producen una gran parte de las erupciones volcánicas y sismos del planeta.
El 26 de diciembre de 2004, un tsunami desencadenado por un sismo submarino de magnitud 9,3 frente a las costas de Sumatra, en Indonesia, causó la muerte de 220.000 personas de varios países del océano Índico, 168.000 de ellas en Indonesia.