El presidente de Estados Unidos volvió a dar negativo para la enfermedad, se informó oficialmente
El presidente estadounidense, Donald Trump, dio nuevamente negativo en el test de coronavirus realizado después de que uno de sus asistentes personales diera positivo, informó este jueves la Casa Blanca.
«Fuimos recientemente notificados por la Unidad Médica de la Casa Blanca de que un miembro de las Fuerzas Amadas de EEUU, que trabaja en la Casa Blanca, dio positivo por coronavirus», indicó Hogan Gidley, portavoz presidencial adjunto en un comunicado.
«Desde entonces, el presidente y el vicepresidente (Mike Pence) fueron sometidos al test, que resultó negativo, y ambos se mantienen con buena salud», agregó Gidley, citado por la agencia de noticias EFE. La información fue revelada en un primer momento por la cadena CNN, que apuntó que el positivo fue notificado al mandatario.
Los asistentes personales forman parte de unidades militares de élite destinadas a la Casa Blanca y a menudo trabajan de cerca tanto con el presidente como con la primera dama.
En marzo uno de los asesores del vicepresidente Pence dio positivo por Covid-19 también.
Tanto Trump como Pence son sometidos a exámenes del coronavirus semanalmente, así como a los funcionarios que interactúan diariamente con ellos.
EEUU alcanzó ayer la cifra de 1.227.430 casos confirmados y 73.095 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad John Hopkins.
El balance provisional de fallecidos sigue por debajo de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero también superó los cálculos más optimistas que hizo «a posteriori» el presidente Trump de entre 50.000 y 60.000.
Este domingo el presidente reconoció que el total estará cerca de los 100.000, al mismo tiempo que defendió la decisión, ya puesta en marcha por múltiples estados, de eliminar gradualmente las medidas de confinamiento, aunque admitió que provocará más muertes.
A comienzos de semana, sin embargo, uno de los modelos de predicción de la evolución de la pandemia, el del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en el que se fija a menudo la Casa Blanca, actualizó sus cálculos para pronosticar que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 134.000 muertes en EE.UU.