El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió el miércoles «100%» de ayuda al visitar zonas del sudeste de Estados Unidos devastadas por el huracán Florence, que en muchos casos aún se encuentran bajo agua.
«Las inundaciones son históricas, difíciles de creer», aseguró Trump al reunirse con socorristas en la base militar de Cherry Point, Carolina del Norte, a unos 30 kilómetros del lugar donde el huracán tocó tierra el viernes pasado.
«Lo que tengamos que hacer a nivel federal ahí estaremos», dijo el mandatario en rueda de prensa. «Estaremos al 100%».
Trump, un magnate de bienes raíces con hoteles y clubes en todo el mundo, aprovechó su visita para preguntar sobre la zona de Norman Lake cerca de Charlotte, donde posee un campo de golf. «Me encanta esta área, no puedo decir por qué, pero me encanta», comentó cuando un funcionario le dijo que no había sido afectada.
Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia fueron los estados más golpeados por Florence, que provocó «catastróficas» inundaciones según las autoridades, dejando casi 40 muertos, entre ellos varios niños, y daños que podrían alcanzar los miles de millones de dólares.
Florence «es uno de los huracanes más potentes y devastadores que afectaron al país», dijo, elogiando a los más de 20.000 efectivos militares federales y voluntarios que participaron en las operaciones de rescate.
El presidente, que visitó Texas el año pasado después del huracán Harvey, y Puerto Rico, arrasado por el huracán María, tenía previsto ir también a Carolina del Sur.
«Nunca olvidaremos a sus muertos, siempre estaremos a su lado», dijo Trump, dirigiéndose a las familias de las víctimas.
«Golpe en las tripas»
En las Carolinas, donde algunas partes recibieron hasta un metro de lluvia, muchos ríos se desbordaron y en algunos aún no se había alcanzado el pico máximo de crecida esperada.
«Nuestro estado recibió un golpe en las tripas, señor presidente, y nuestra gente todavía está tambaleándose», dijo Roy Cooper, gobernador de Carolina del Norte, donde más de 10.000 personas siguen alojadas en albergues.
Cooper señaló a Trump que muchos agricultores perdieron sus cultivos, hay empresas que cerraron y muchos perdieron sus hogares. Además, dijo que varias carreteras seguían inundadas y miles de personas no tenían aún electricidad.
Carolina del Norte, ya afectado por el huracán Matthew en 2016, es el estado más devastado por Florence.
«Hemos resistido tormentas antes en nuestro estado, pero nunca hemos visto una como esta», dijo Cooper. «Ha sido épico, desastroso y generalizado. Es una tormenta como ninguna otra».
«Tenemos un largo camino por recorrer en los días, meses e incluso años venideros», dijo Cooper.
El gobernador le dijo a Trump que el estado podría recuperarse, pero necesitaría su ayuda.
«Nos estamos preparando para enviar un montón de dinero a la región. Lo necesitarán. Y lo tenemos y lo estaremos suministrando», aseguró Trump.