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Trump va a fondo contra sus rivales y promete abrir la economía muy pronto


Más allá de que el coronavirus ya haya dejado más de 27.000 muertos en Estados Unidos, el presidente anunció que este jueves se reunirá con los jefes de gobierno de los estados. La guerra contra los demócratas no se detiene

En medio de una pulseada cada vez más tensa con gobernadores opositores, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy que este jueves se reunirá con los jefes de gobierno de los estados y pronosticó que «algunos podrán abrir (su economía) antes del plazo del 1 de mayo».

Además de profundizar la confrontación con gobernadores opositores, el mandatario abrió un nuevo frente de batalla con los demócratas, esta vez en el Congreso.

Trump acusó a la bancada demócrata de estar retrasando la confirmación de decenas de designaciones «para cargos claves del Estado», al mantener sesiones mínimas virtuales y no declarar un receso total, lo que le permitiría avanzar con la designaciones y otras iniciativas -como partidas presupuestarias- vía decretos.

«Es una estafa; necesitamos a esta gente para la crisis», dijo el mandatario, según la transmisión de la Casa Blanca.

Mientras la oposición controla la cámara baja, el Senado -el pleno que ratifica las nominaciones de funcionarios designados por el presidente- está en manos del oficialismo.

Hace semanas que Estados Unidos es el epicentro de la pandemia en el mundo y hoy el país se acercó a los 633.000 casos confirmados y alcanzó los 27.850 muertos, según el conteo de la Universidad de Johns Hopkins.

El principal brote en el país se concentra en Nueva York y, por primera vez, el gobernador Andrew Cuomo anunció que «la situación sanitaria se ha estabilizado».

Pese a que aseguró que «no se está fuera de peligro», sostuvo que sí se puede «controlar la propagación».

Cuomo informó que en las últimas 24 horas fallecieron 752 personas, lo que refleja una disminución con respecto al martes, una situación que se repite también con las internaciones y los ingresos a terapia intensiva, según la agencia de noticias DPA.

Pero pese a estas cifras alentadoras, el gobernador anunció que aún no flexibilizará la cuarentena y explicó que la clave para reabrir Nueva York son los tests masivos que permitan identificar y aislar a las personas contagiadas.

Este es el punto que más tensión política genera hoy en Estados Unidos: quién decidirá la reapertura de la economía y cómo lo hará.

Tras afirmar ayer que él tiene «el poder absoluto» y desatar la furia de varios gobernadores opositores, como Cuomo, Trump contó hoy en su Twitter que tuvo «llamadas muy productivas con líderes de cada sector de la economía» y adelantó que «todos están a favor de volver a poner en funcionamiento a Estados Unidos y hacerlo pronto».

Ayer Trump había anunciado que, pese a la decisión de algunos gobernadores de unirse para tomar la decisión ellos, él definiría la reapertura antes de fin de mes.

La creciente tensión entre el mandatario republicano y varios gobernadores demócratas que impusieron cuarentenas -aun cuando la Casa Blanca no las recomendaba- se volcó hoy por primera vez a las calles en forma de protesta.

Cientos de autos se manifestaron hoy al atravesar en caravana el centro de Lansing, la capital de Michigan, en protesta por la cuarentena que impone el gobierno de la demócrata Gretchen Whitmer.

Los autos inundaron la zona de los palacios ejecutivo y legislativo del estado, y luego cientos de personas se amontonaron, sin mascarillas aunque si con guantes por el frío, en la plaza central para reclamar que «reabran ya Michigan» al grito de «Ponme en libertad» y «La libertad es esencial», según la agencia EFE.

En línea con el discurso de Trump, muchos de los manifestantes calificaron la cuarentena como «excesiva» y dañina para la economía.

Michigan es el tercer estado del país en números confirmados de coronavirus con casi 26.600 casos, solo superado por Nueva York con cerca de 199.800 y la vecina Nueva Jersey con más de 68.800.

Los otros estados con atraviesan un brote importante son California con más de 25.300 casos, Florida con más de 22.000 y Luisiana con más de 21.500.

La gobernadora de Michigan criticó la protesta ante la prensa y advirtió que «tendrá un costo para la salud de la gente».

«La triste ironía es que están protestando porque no les gusta la orden de quedarse en las casas y ahora es probable que haya que extenderla aún más», agregó la demócrata.

En Florida, en tanto, la presión por reabrir la economía se escuchó no en las calles, que seguían completamente desiertas, sino de la boca del alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez.

Sin embargo, el cirujano general del estado, Scott A. Rivkees, sostuvo que muchas de las medidas de distanciamiento social hoy impuestas deberán mantenerse hasta que exista una vacuna contra el virus, algo que expertos alrededor del mundo estiman que recién sucederá el año próximo.

Por ahora, el gobernador Ron DeSantis, un férreo aliado de Trump que se resistió hasta último momento para ordenar el confinamiento obligatorio en todo el estado, no dio señales de estar pensando reabrir la economía.

En paralelo, el Departamento de Seguridad Nacional informó hoy que los centros de detención de inmigrantes comenzaron a liberar a cientos de personas, en una medida diseñada para evitar una mayor transmisión del virus, que ya ha golpeado al sistema penitenciario en varios estados.

El subdirector interino de la cartera, Ken Cuccinnelli aseguró que por ahora identificaron a cerca de 700 inmigrantes que pertenecen a grupos de riesgo y podrían ser liberados, pero no dio detalles sobre los otros 30.000 detenidos.