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Trump rompe el acuerdo nuclear con Irán


El presidente estadounidense, Donald Trump desoyó hoy advertencias de sus aliados y anunció que su país abandonará el acuerdo nuclear firmado entre Irán y las seis mayores potencias y volverá a imponerle sanciones a Teherán levantadas en virtud del pacto, visto por muchos como la última barrera a una carrera armamentista en Medio Oriente.

La decisión, que realza el carácter impredecible y aislacionista de la política exterior de Trump, promete ampliar la brecha entre Estados Unidos y sus aliados europeos, en especial los firmantes del pacto, cuyos líderes habían visitado Washington en semanas recientes a fin de presionar al mandatario para que permaneciera en el acuerdo.

«Estados Unidos no hace amenazas vacías», dijo el presidente al anunciar desde la Casa Blanca que su país saldrá de un acuerdo que durante su campaña había prometido denunciar en caso de llegar al poder.

Trump afirmó que desde que se firmó el pacto, en 2015, durante la presidencia del demócrata Barack Obama, Irán continuó con todo tipo de acciones desestabilizadoras en Medio Oriente y siguió desarrollando su programa nuclear, pese a que la ONU y el propio Departamento de Estado norteamericano han dicho que Irán cumplió el acuerdo.

«Está claro para mí que no podemos impedir una bomba atómica iraní con esta estructura podrida, en mal estado, del actual acuerdo», señaló el presidente.

El pacto fue suscrito por Irán, Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, y levantó la mayoría de las penalidades económicas que se habían impuesto al país persa. A cambio, Teherán aceptó restricciones a su programa nuclear que le hacen imposible desarrollar una bomba y lo obligan a inspecciones rigurosas.

La decisión del presidente implica que el gobierno de Irán deberá decidir ahora si sigue los pasos de Trump y también se retira o si trata de salvar lo que queda del pacto.

El presidente iraní, Hasan Rohani, condenó la decisión y dijo que enviará a su canciller a los países que aún permanecen en el acuerdo, pero advirtió que hay poco tiempo para negociar y que su país podría «comenzar a enriquecer uranio más que antes».

«Tendremos que esperar y ver cómo reaccionan los demás», subrayó, apuntando que su gobierno seguirá dentro del pacto si los otros cinco firmantes remanentes garantizan que Irán siga beneficiándose.

En un comunicado conjunto, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la primera ministra británica, Theresa May, y la canciller alemana, Angela Merkel, expresaron su «pesar y preocupación» por la decisión de Trump.

Tras su discurso, Trump firmó un memorándum que restablece las sanciones estadounidenses contra Irán, según informó la cadena CNN.

«Instituiremos el mayor nivel de sanciones económicas», dijo Trump, y agregó: «Cualquier nación que ayude a Irán en su búsqueda de armas nucleares también podría ser fuertemente sancionado por Estados Unidos».

El Departamento del Tesoro dijo que las sanciones se restaurarán de inmediato, pero que se darán periodos de gracia para que los países o compañías puedan ir poniendo fin a sus negocios con Irán y evitar ser penalizados por Estados Unidos.

Trump dijo que Estados Unidos tiene intención de trabajar con sus aliados para «hallar una solución real, integral y duradera a la amenaza nuclear iraní».

Agregó que tal solución debería incluir esfuerzos por eliminar la amenaza del programa de misiles balísticos de Irán, detener sus «actividades terroristas» y sus «amenazas» en Medio Oriente.

Mientras tanto, advirtió que si el régimen iraní no ceja en sus aspiraciones nucleares, «tendrá problemas más grandes que los que haya tenido jamás».

Los defensores del pacto afirman que volver a imponer las sanciones a Irán hará colapsar el acuerdo, fruto de años de cuidadoso trabajo, hundirá en una crisis la ya complicada economía iraní, disparará una carrera armamentista en Medio Oriente y constituirá el mayor desacuerdo transatlántico desde la guerra de Irak.

En Irán, existen muchas preocupaciones por el impacto económico de la retirada de Estados Unidos, aunque también por sus efectos políticos, ya que podría envalentonar a los clérigos o políticos ultraconservadores.

Estos sectores siempre han dicho que Washington violaría el acuerdo, y quieren responder de manera decisiva, reanudando el enriquecimiento de uranio, prohibiendo las inspecciones del organismo de control nuclear de la ONU (OIEA) o incluso denunciando el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

En tanto, el anuncio de Trump generó reacciones dispares en el Congreso y en la escena política estadounidenses. En un comunicado, Obama dijo que la decisión fue un «grave error» que echa por la borda un acuerdo que logró con Irán, lo que Trump ansía obtener ahora de Corea del Norte cuando se reúna en breve con su líder, Kim Jong-un, para discutir una posible desnuclearización del país comunista.

«La continua violación de acuerdos de los que nuestro país es parte genera el riesgo de minar la credibilidad estadounidense y nos enfrenta con las mayores potencias del mundo», agregó.

El líder de la mayoría republicana en el Congreso, Mitch McConnell, dijo que el acuerdo con Irán «estaba mal desde el principio», mientras que el jefe de la bancada oficialista en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo que Trump fue leal a lo que prometió en campaña.

Legisladores demócratas, en cambio, dijeron que la retirada pone en riesgo la seguridad de Estados Unidos y de Israel, socava las relaciones con los aliados tradicionales y abre la puerta a una carrera armamentista en Medio Oriente, donde varias naciones evalúan iniciar sus propios programas nucleares.

«Esta decisión precipitada aísla a Estados Unidos, no a Irán», dijo la líder demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, mientras que el senador Bob Menendez dijo que la retirada de Estados Unidos hace más probable que Irán relance su programa de armas atómicas».