El presidente estadounidense estuvo acompañado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu
El presidente estadounidense estuvo acompañado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu
Donald Trump, presentó este martes junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, su esperado plan de paz en Washington para resolver el conflicto entre Israel y Palestina.
“Mi visión presenta una oportunidad de ganar o ganar para ambas partes, una solución realista de dos estados que resuelve el riesgo del estado palestino para la seguridad de Israel”, dijo Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Las declaraciones de Trump dan a entender que su plan dará un marco legal a una situación de hecho: Israel pasaría a controlar de manera soberana el 20% de Cisjordania -incluido el Valle del Jordán-, a la vez que perdería el control sobre una pequeña zona del desierto del Néguev, cercana a la frontera con Gaza y Egipto, reportó el diario The Jerusalem Post.
Según dicho periódico, Palestina tendría soberanía en las las zonas A, B y la mitad de las C definidas en los acuerdos de paz de Oslo de 1993, aunque Israel mantendría el control sobre todas las fronteras.
«Este mapa duplicará el territorio de los palestinos, con una capital en Jerusalén Este, donde Estados Unidos abrirá orgullosamente una embajada», expresó el magnate republicano, «ningún israelí ni palestino tendrá que abandonar su hogar».
La «indivisibilidad de Jerusalén» como capital fue siempre uno de los reclamos de Israel a la hora de negociar cualquier tipo de acuerdo con los palestinos. Sin embargo, Trump manifestó que según su visión, Jerusalén “seguirá siendo la capital indivisible, muy importante e indivisible de Israel”.
El plan del mandatario, denominado «Paz para la prosperidad», pretende brindar un territorio continuo a los palestinos, conectando el territorio principal ubicado en Cisjordania con la Franja de Gaza a través de una serie de carreteras subterráneas.
Según el mapa presentado, el nuevo Estado palestino no tendrá frontera con Jordania ni acceso al Mar Muerto, ya que el Valle del Jordán -con importantes reservas de agua- quedaría bajo control israelí.
El acuerdo pretende, además, interrumpir durante cuatro años la construcción de nuevos asentamientos israelíes en territorio palestino para favorecer la negociación entre las partes de la letra chica del acuerdo.
Una de las condiciones para su implementación es que Palestina reconozca a Israel como un Estado judío, aunque alrededor de un 25% de su población practica otra religión, según cifras de la Oficina Central de Estadísticas de Israel.
El plan de paz de Trump contó con el beneplácito del premier israelí, quien calificó el anuncio como “un día para la historia».
«Señor presidente, debido a este reconocimiento histórico y porque creo que su plan de paz logra el equilibrio correcto donde otros planes han fallado, acordé negociar la paz con los palestinos sobre la base de su plan de paz”, dijo Netanyahu, tras el anuncio del presidente estadounidense.
Para Netanyahu, el plan de Trump tiene en cuenta las necesidades de seguridad de Israel, al mismo tiempo que las necesidades de paz de la región. “Es un gran plan para Israel, es un gran plan para la paz», opinó.
«Francamente, señor presidente, dado todo lo que ya ha hecho por Israel, no me sorprende», admitió el primer ministro con una sonrisa, «ha sido el mejor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca”.
“Hoy Israel da un gran paso hacia la paz. Los jóvenes de todo el Medio Oriente están listos para un futuro más esperanzador, y los gobiernos de toda la región se están dando cuenta de que el terrorismo y el extremismo islámico son el enemigo común de todos”, afirmó.
El gran ausente de la cita fue el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, a quien Trump envió una carta.
Según publicaron medios palestinos, el gobernante estadounidense intentó comunicarse por teléfono en reiteradas ocasiones con su homólogo palestino, sin obtener respuesta.