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Trump presentará su plan para resolver el conflicto entre Israel y Palestina


Se trata de la enésima iniciativa de paz para Medio Oriente que se anuncia. Será al mediodía, junto a Netanyahu

Se trata de la enésima iniciativa de paz para Medio Oriente que se anuncia. Será al mediodía, junto a Netanyahu

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentará este martes el esperado plan de su gobierno para resolver el conflicto entre Israel y Palestina, en medio de dudas sobre su viabilidad ante el rechazo de los palestinos y la actual inestabilidad política israelí.

La enésima iniciativa de paz para Medio Oriente del país que desde hace décadas ha sido garante de los acuerdos entre Israel y Palestina será presentada por Trump en la Casa Blanca junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al mediodía.

Para ambos, la cumbre en la Casa Blanca llega en horas delicadas, el día en que continúa el juicio político a Trump en el Senado y en que el Parlamento israelí preveía discutir un pedido de inmunidad de Netanyahu para no ser juzgado por casos de corrupción.

El premier, que rechaza los cargos y dice ser blanco de un ataque político, retiró el pedido horas antes que comenzara el procedimiento parlamento, y dijo en un comunicado que había «decidido no dejar que continúe este juego sucio», informó la cadena CNN.

Se espera que el Parlamento israelí, sin embargo, se reúna de todo modos pese al retiro de la solicitud, en medio de una generalizada impresión de que están los números para votar contra la inmunidad y asestar un duro revés a Netanyahu.

Se prevé que el plan para Medio Oriente de Trump sea muy favorable a Israel, y Netanyahu lo ha elogiado como una oportunidad de «hacer historia» y definir las fronteras definitivas de Israel tras más de 50 años de conflicto.

El principal rival político del primer ministro, Benny Gantz, también se ha mostrado entusiasmado con la iniciativa de Trump, que por su parte insiste en que tiene chances de prosperar pese al escepticismo.

«Ha sido trabajado por todos, y veremos si funciona o no. Si lo hace, sería muy bueno, y si no, podemos aceptarlo. Pero creo que podría tener una chance», dijo el lunes Trump junto a Netanyahu antes de recibir también a Gantz en la Casa Blanca.

Un punto central será si la propuesta incluye una aprobación de Estados Unidos para que Israel se anexe algunos de los territorios que ocupa a los palestinos en Cisjordania.

En la recta final a las elecciones israelíes del 2 de marzo, Netanyahu ha llamado a anexar partes de Cisjordania e imponer la soberanía israelí a colonias judías que se ubican allí.

Israel capturó Cisjordania y Jerusalén este en la Guerra de los Seis Días contra países árabes de 1967, y el Valle del Jordán, en particular, es considerado un territorio vital para la seguridad.

Diarios de Israel han especulado con que el plan de Trump podría incluir la anexión de grandes extensiones de tierras que los palestinos reclaman para fundar su futuro Estado independiente.

La anuencia de Estados Unidos podría dar a Netanyahu la cobertura política que necesita para esto luego de haberse abstenido de hacerlo durante los más de diez años que lleva en el poder.

Pero Netanyahu lidera un gobierno en funciones antes de la tercera elección en el país en menos de un año, y tal medida de máxima, bajo la sombra nada menos que de inminentes juicios por corrupción, podría carecer de legitimidad pública.

Un giro político de esta magnitud caería muy bien entre las bases electorales más nacionalistas de Netanyahu, pero también torpedearía la posibilidad de existencia de un Estado palestino e indignaría a la vecina Jordania.

En 1994, Israel y Jordania -el reino árabe que cedió Cisjordania a los palestinos- firmaron un acuerdo de paz, el segundo entre el Estado judío y sus vecinos árabes luego de otro con Egipto.

Cisjordania debería ser el corazón del futuro estado que reclaman los palestinos, que quieren que Jerusalén este sea su capital.

La mayor parte de la comunidad internacional, incluyendo a Argentina, que ya ha reconocido a Palestina como Estado, apoya su posición.

Pero Trump ha revertido décadas de política exterior estadounidense y se ha alineado más claramente con Israel.

El meollo de su estrategia ha sido reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar allí la embajada de Estados Unidos, que estaba en Tel Aviv.

También cerró oficinas diplomáticas de los palestinos en Washington y cortó fondos de ayuda a Palestina.

Esas medidas han sido bien recibidas por los votantes evangélicos y proisraelíes de Trump y podrían darle el muy necesitado impulso de sus bases justo cuando el Senado define si lo destituye del cargo y cuando el mandatario prepara la campaña para su reelección.

Jared Kushner, asesor y yerno del republicano Trump, ha sido el arquitecto del plan, en el que ha estado trabajando durante casi tres años, tratando de convencer a académicos, legisladores, negociadores, gobiernos árabes y grupos de presión.

Pero los palestinos no quieren ni hablar con Trump, al que acusan de sesgo a favor de Israel, y han llamado a los representantes árabes a boicotear el evento de hoy en la Casa Blanca.

El liderazgo palestino también ha alentado protestas en Cisjordania, lo que ha generado temores de que el anuncio desate otra ronda de violencia.

El Ejército de Israel dijo hoy que aumentó su presencia militar en el Valle del Jordán para evitar desórdenes.