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Trump hace caso omiso a los pedidos de bajar la tensión política en Estados Unidos


El gobernador de Wisconsin le pidió al presidente que cancelara una visita al lugar, para evitar incidentes en el lugar donde la Policía disparó por la espalda a un hombre

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este lunes su visita a Wisconsin, pese a que el gobernador de ese estado le pidió que cancelara su viaje para evitar una nueva escalada y no dificultar «la sanación», a una semana del acribillamiento de un hombre negro por la policía.

«Si no hubiera INSISTIDO con activar la Guardia Nacional e ir a Kenosha, Wisconsin, no habría ningún Kenosha ahora. Además, habría habido muchas muertes y heridos. Quiero agradecer a las fuerzas de seguridad y la Guardia Nacional. ¡Los veré el martes!», tuiteó esta mañana el mandatario.

Hace dos domingos, un policía blanco con siete años de experiencia en la fuerza en Kenosha disparó siete tiros por la espalda a Jacob Blake, un joven negro de 29 años que estaba visiblemente desarmado y con su pareja y sus niños pequeños.

Blake quedó parapléjico, sigue internado -durante varios días la Policía lo mantuvo esposado a la cama pese a no estar acusado de ningún delito- y el oficial que le disparó fue suspendido, pero aún no se lo acusó formalmente de nada.

La falta de respuesta institucional provocó, una vez más, una ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial en Kenosha, pero también en otras partes del país, como la capital, donde hace solo unos días familiares de Blake hablaron en la conmemoración del 57 aniversario de la histórica Marcha a Washington de Martin Luther King Jr.

Wisconsin: hallan un cuchillo en el coche de Jacob Blake, baleado por la  policía

Y con la reactivación de las protestas también se reactivó el discurso agresivo de Trump, su gobierno y, ahora, su campaña de reelección.

Mientras en la Convención Nacional Republicana se calificaba a los policías como víctimas de una supuesta «izquierda radical» demócrata y se acusaba a los manifestantes de «saqueadores y agitadores comunistas», un joven blanco simpatizante de Trump irrumpió en una de las protestas en Kenosha y asesinó a dos personas e hirió a una tercera.

Cuatro días después, una caravana de simpatizantes de Trump atravesaron una protesta en Portland -una ciudad de Oregon donde se manifiestan todos los días contra el racismo y la brutalidad policial hace más de tres meses- y se enfrentaron con los activistas de Black Lives Matter (Las vidas negras importan).

En medio de la violencia y el caos, una persona recibió un disparo y falleció. Aún no hay información oficial sobre lo que sucedió ni quién es la víctima. En este contexto de creciente violencia y tensión política, ayer el gobernador de Wisconsin, el demócrata Anthony Evers, le pidió a Trump que cancele su viaje a Kenosha para evitar una nueva escalada.

«Estoy preocupado de que su presencia solo dificulte nuestra sanación. Estoy preocupado de que su presencia solo retrase nuestro trabajo para superar la división y avanzar juntos», escribió Evers en una carta, reproducida por CNN.

«Es nuestro trabajo como funcionarios electos dar el ejemplo y ser una presencia que genere calma a la gente que sabemos está sufriendo, de duelo y tratando de lidear con un trauma. No es el momento para provocar divisiones», continuó.