El presidente Donald Trump acusó hoy a las cúpulas del FBI y del Departamento de Justicia de manipular información para justificar la vigilancia a un asesor del mandatario, en medio de la creciente expectativa por la publicación de un informe interno del Congreso que podría desnudar mentiras y excesos en la investigación oficial.
«Los máximos líderes e investigadores del FBI y del Departamento de Justicia politizaron el sagrado proceso de investigación en favor de los demócratas y en contra de los republicanos, algo que hubiese sido impensable hasta hace poco. ¡Por fuera de las cúpulas, hay grandes personas!», tuiteó esta mañana Trump.
Ayer, un funcionario de su gobierno había adelantado a los principales medios del país, en condición de anonimato, que el presidente podría publicar hoy el famoso documento secreto que redactó el equipo del congresista republicano Devin Nunes, un aliado de la Casa Blanca que preside la comisión de Inteligencia de la Cámara baja.
Tanto esa comisión como la de Inteligencia del Senado investigan hace meses la posibilidad de que la dirección de la campaña electoral de Trump se complotó con el gobierno ruso de Vladimir Putin para boicotear a la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton.
Pero fue la investigación paralela del FBI la que logró demostrar varios encuentros secretos entre importantes miembros de la campaña de Trump y funcionarios o enviados del Kremlin. Dos de estos ex asesores ya fueron imputados y hasta acordaron cooperar con la Justicia.
Sin embargo, en medio de la laberíntica investigación se conoció que una de las autorizaciones para espiar a una de las personas cercanas a Trump se hizo en base a un informe que contenía información falsa y que, al menos en parte, había sido financiado por el Partido Demócrata.
Eso sería lo que confirma y demuestra cabalmente el informe interno de la comisión de Inteligencia de la cámara baja del Congreso, que el presidente podría hacer público hoy.
Según versiones periodísticas, el informe sostiene que, en la primera mitad de 2017, el FBI habría aportado datos sesgados al juez que autorizó la extensión de las escuchas y vigilancia sobre Carter Page, uno de los asesores de política exterior de la campaña de Trump sindicado por la investigación de la agencia de seguridad como un posible agente ruso.
Las pruebas para esa autorización judicial se basaron en un informe elaborado por la consultora de investigación e inteligencia, Fusion GPS, y especialmente por el ex espía británico Christopher Steele. Este trabajo había sido financiado en parte por la cúpula del Partido Demócrata y por la campaña electoral de Clinton.
Por eso, Trump hoy también tuiteó una reciente declaración de Tom Fitton, presidente de Judicial Watch -una fundación conservadora- y simpatizante del gobierno.
«Hillary Clinton y el Partido Demócrata intentó esconder el hecho de que le dieron dinero a GPS Fusion para crear un dossier, que fue usado por los aliados del gobierno de (Barack) Obama para convencer con engaños a una corte para que, en definitiva, espíe al equipo (de campaña) de Trump».
La posible publicación hoy del informe de Nunes elevó al máximo el nivel de tensión en Washington, a tal punto que el propio FBI difundió ayer un inusual comunicado en el que expresó sus «serias preocupaciones» sobre «omisiones de hechos materiales» en el texto redactado por los republicanos en el Congreso.
La oposición demócrata, en tanto, acusó a Trump y los republicanos de intentar desprestigiar la investigación del FBI y a todos los funcionarios e investigadores involucrados, con el único objetivo de evitar que se conozca la verdad.
Durante la campaña presidencial de 2016, la organización Wikileaks publicó una serie de emails privados del equipo de Clinton y de la cúpula demócrata que profundizó la crisis de representatividad en ese partido, a sólo meses de los comicios.
Obama, el Partido Demócrata y hasta Clinton acusaron al gobierno ruso de hackear las cuentas de email y luego filtrar los correos a Wikileaks. Según sostuvieron, Putin lo hizo para beneficiar a Trump.
A casi un año del inicio de las investigaciones, la trama rusa parece cada vez más indescifrable.
Sin embargo, la polarización y las pasiones que desata siguen siendo las mismas, y podrían empantanar las frenéticas negociaciones en el Congreso entre la oposición y el oficialismo para alcanzar una reforma migratoria antes del jueves, cuando vence la última ley presupuestaria parcial y el gobierno queda, una vez más, al borde de un cierre por falta de fondos.