Por José Odisio
Por José Odisio
El final de año fue mejor de lo esperado. Newell’s consiguió un triunfo como visitante que revitaliza, entrega oxígeno y le permite al equipo trabajar tranquilo, sin tanta presión de una tabla de promedios que por ahora sigue acechante, aunque no asfixia como hace seis meses.
Ganar de visitante no es común para este Newell’s. Levantar un resultado adverso dos veces tampoco, aunque ya lo había hecho en Tucumán. Y si a la victoria se le suma un arbitraje claramente perjudicial como el que tuvo Vigliano, el mérito es mayor. Se lució Moreno (¿por qué no jugaba?), otra vez la pelota parada trajo soluciones, hubo buenos cambios de Kudelka y Maxi fue decisivo con su jerarquía.
La Fiera fue la otra gran noticia. Si bien nadie dudaba de su continuidad, que lo comfirme no deja de ser un alivio. Hay seis meses más de Maxi en el Parque, y eso se festeja más que un triunfo.
Newell’s inició la Superliga penúltimo, apenas con Gimnasia dos puntos detrás. Y termina el año con 11 puntos por encima de Patronato y a 13 de Gimnasia. Además dejó atrás a Central Córdoba, Colón y Aldosivi, y a solo un punto de Central y Banfield. Cualquiera hubiera firmado un final de año así.
No hay que confiarse. Relajarse en una pelea de este tipo puede ser fatal. Reforzar bien y rápido será importante en una pretemporada corta, la que prepará al equipo para un semestre donde el descenso ya no parece una posibilidad cierta, pero hay que extirparlo del Parque urgente.