Para los fiscales, el crimen del entrenador Guenchul fue la consecuencia "de un plan común ideado por las tres personas" detenidas
Una mujer, su novio y un presunto sicario irán a juicio como acusados del asesinato de la ex pareja de ella, el entrenador baleado en 2019 en Rosario, Marcos Guenchul, por un conflicto por el régimen de visitas de la hija de ambos, informaron hoy fuentes judiciales.
El crimen del personal trainer de 32 años ocurrió la noche del 23 de julio de 2019 en Mendoza y Sucre, en oeste rosarino, cuando la víctima esperaba el colectivo y fue abordada por dos hombres que le dispararon.
En una audiencia realizada esta mañana en el Centro de Justicia Penal, los fiscales Adrián Spelta y la Fiscal Dra. Gisela Paolicelli pidieron la recalificación de los tres imputados por el asesinato, a quienes acusan como coautores funcionales del delito de «homicidio triplemente calificado», indicaron voceros judiciales.
Los acusados son la ex pareja de Guenchul, Priscila Denoya (33); su novio Caio Soso (32) y el presunto sicario contratado para cometer el crimen, Maximiliano Panero (39).
Por su parte, la juez María Trinidad Chiabrera aceptó la recalificación solicitada por los fiscales y el caso podría ir a juicio en 30 a o 60 días, añadieron las fuentes.
Originalmente, la mujer había sido imputada como instigadora del crimen de su ex pareja, con quien mantenía una contienda por la tendencia de una hija de ambos; y los otros dos acusados como autores materiales.
Para los fiscales, el crimen del entrenador Guenchul fue la consecuencia «de un plan común ideado por las tres personas» detenidas.
La pena en expectativa con la nueva calificación legal escogida por los fiscales es de prisión perpetua, precisaron fuentes de la investigación.
De acuerdo a la imputación, uno de los hombres que abordó a la víctima primero lo hizo caminar por calle Sucre unos 30 metros, luego le quitó la mochila y le disparó en dos ocasiones, hiriéndolo en la cabeza y causándole la muerte.
El auto utilizado en el crimen, marca Peugeot, quedó grabado en las cámaras de videovigilancia de la zona y se convirtió en la primera pista.
Mientras que el teléfono móvil de Soso impactó a la hora del crimen en una antena cercana al lugar del hecho, según constataron los fiscales durante la pesquisa.
Este hombre fue detenido días más tarde en el aeropuerto de Ezeiza cuando estaba por abordar un vuelo a Beirut, la capital del Líbano.
Para los fiscales, «luego de cometido el hecho, hacia las 23.30 Panero y Soso se reúnen con la imputada Denoya, quien les hace entrega de la suma de dinero acordada previamente».