Fuerzas rusas desplegadas en Siria comenzaron a realizar este miércoles patrullas a lo largo de la frontera con Turquía para garantizar una retirada de combatientes kurdosirios en virtud de un acuerdo por el que Moscú y Ankara se reparten el control del noreste de Siria.
En Estados Unidos, el presidente Donald Trump anunció que levantará las sanciones que impuso a Turquía luego de que Ankara le informara que detendrá de forma «permanente» una ofensiva que lanzó este mes contra los combatientes kurdosirios.
Trump volvió a defender su decisión de retirar a las tropas estadounidenses que peleaban junto a los kurdosirios contra el Estado Islámico (EI) en Siria, lo que allanó el camino para la ofensiva turca y por la que fue acusado de traicionar a los ex aliados kurdos.
«Vamos a salir» de Siria, dijo Trump en la Casa Blanca, donde afirmó que su gobierno salvó «las vidas de muchos, muchos kurdos» con una mediación que realizó ante Turquía para que frenara su operación en Siria.
Los presidentes ruso y turco, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, alcanzaron ayer un pacto que redibuja el mapa del noreste de Siria al estipular un despliegue de fuerzas de sus países a lo largo del límite para llenar el vacío dejado por Estados Unidos.
Los combatientes kurdosirios, a los que Ankara considera «terroristas» por sus lazos con la insurgencia separatista kurda de Turquía, tienen hasta el próximo martes para retirarse de una franja de 32 kilómetros desde la frontera nororiental siria.
Aunque asegura la supervivencia de los kurdos, que controlaban casi la tercera parte de Siria, el acuerdo los obliga a ceder a Turquía localidades clave ubicadas en una zona conquistada por fuerzas turcas en su ofensiva y hace añicos su sueños de autonomía.
Dmitri Peskov, el vocero de Putin advirtió hoy a los kurdos que cumplan con su retirada o serán «aplastados» por las fuerzas turcas, informó la agencia de noticias rusa Interfax.
Erdogan se hizo eco de la advertencia, al señalar que el Ejército turco reanudará su ofensiva si no se respetan el acuerdo alcanzado con Putin en la ciudad rusa de Sochi.
En virtud del acuerdo, unidades de la policía militar rusa y guardias fronterizos sirios «facilitarán la remoción» de los combatientes de las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y sus armas de la zona designada, en 150 horas.
Tras la retirada kurdosiria, fuerzas de Turquía y Rusia realizarán patrullas conjuntas en dos zonas de 10 kilómetros desde la frontera ubicadas al este y oeste del área que quedará bajo control turco, que queda justo en el centro del límite nororiental.
Turquía ha dicho que planea asentar en esa zona a algunos de los 3,6 millones de refugiados sirios que hay en su territorio.
Cientos de personas se manifestaron hoy contra el acuerdo en la ciudad de Qamishli, la capital de facto de la minoría kurda en el noreste de Siria, que ha quedado excluida de los términos del pacto de Sochi.
Sin embargo, el comandante de las YPG, Mazlum Abdi, agradeció hoy a Trump «sus esfuerzos incansables, que pararon el brutal ataque turco», en comentarios publicados en Twitter por su vocero.
La ofensiva turca agregó otra capa al complejo conflicto armado que se libra en Siria desde 2011 entre el gobierno y grupos rebeldes, que ha dejado cientos de miles de muertos y millones de refugiados.
El acuerdo ruso-turco ayuda en gran medida a Siria, aliado de Rusia, a retomar el control de parte del noreste del país, de donde el Ejército sirio se retiró en 2012 luego de que esas zonas cayeran en poder de insurgentes.