Cientos de personas se congregaron en una decena de centros comerciales para condenar, una vez más, la dependencia de las autoridades locales respecto de China continental
Hong Kong volvió a convertirse este domingo en el foco de múltiples protestas, en lo que parece tratarse del retorno a las calles de la oposición al gobierno del territorio tras el paréntesis provocado por la pandemia de coronavirus.
Cientos de personas se congregaron en una decena de centros comerciales para condenar, una vez más, la dependencia de las autoridades locales respecto de China continental, en una repetición, a mucho menor escala, de las multitudinarias manifestaciones que ocurrieron durante el año pasado en reclamo de la independencia judicial del territorio.
Solo una fuerte presencia policial consiguió frustrar una marcha por la independencia y la dimisión de la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, convocada por Internet pero se registraron focos menores de protestas en al menos seis distritos.
Los manifestantes se concentraron para cantar consignas, entre ellas el «himno» del movimiento antigubernamental, Gloria a Hong Kong, en lugares como Harbor City en Tsim Sha Tsui, New Town Plaza en Sha Tin, Times Square en Causeway Bay o Cityplaza en Taikoo Shing.
Al menos una docena de personas fueron registradas y dos fueron trasladadas a vehículos policiales, informa el diario local South China Morning Post, según reportó la agencia de noticias DPA.
Los manifestantes acusan al gobierno de mantener vigentes las leyes de distanciamiento social para evitar que se repitan las protestas ya que la ciudad no registró nuevos casos de transmisión local de la Covid-19 en las últimas tres semanas, aunque sí tres contagios importados en las últimas horas.
El viernes, la tensión se trasladó al Parlamento, donde una decena de diputados de la oposición fueron expulsados tras protagonizar una refriega en medio de la sesión parlamentaria, un episodio que acrecentó el temor de que se reactive la crisis política.
Las protestas estallaron por primera vez en junio pasado en rechazo a una ley de extradición de sospechosos a China, ahora suspendida, que los opositores denuncian como una vulneración de sus derechos y un acto de sometimiento del territorio a Beijing.