La policía israelí autorizó la marcha de mañana pese a varios días de tensiones y enfrentamientos entre israelíes y palestinos en la Ciudad Vieja
La policía de Israel dio este domingo luz verde a un controvertido desfile por Jerusalén que los israelíes realizan cada año para reivindicar su soberanía sobre toda la ciudad, pese a varios días de enfrentamientos y de crecientes tensiones entre palestinos e israelíes.
El desfile de mañana del Día de Jerusalén pasará por la Ciudad Vieja, la antigua ciudadela amurallada que se ubicada en Jerusalén este y alberga el sitio más sagrado del judaísmo y algunos de los lugares más santos del islam y el cristianismo.
Israel capturó esa parte de mayoría palestina de Jerusalén en una guerra en 1967 y luego se la anexionó, y desde entonces es uno de los epicentros del conflicto que desde hace décadas agita a Medio Oriente.
Los palestinos aspiran a hacer de Jerusalén este la capital del Estado independiente que quieren fundar en el resto de Cisjordania, también ocupada por Israel, y en la Franja de Gaza, territorio separado de Cisjordania por el del Estado judío.
La policía israelí autorizó la marcha de mañana pese a varios días de tensiones y enfrentamientos entre israelíes y palestinos en la Ciudad Vieja, que se agravaron este fin de semana.
Más de 250 personas resultaron heridas la noche del viernes y anoche dentro de la Ciudad Vieja y sus alrededores cuando la policía trató de desalojar a decenas de miles de palestinos que habían ingresado al recinto para orar cerca de una de sus mezquitas.
La represión de anoche terminó además con 29 palestinos detenidos, informó hoy el diario israelí Haaretz, que citó a fuentes policiales.
Además, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció hoy que hasta 29 niños, entre los que se encontraba uno de un año, resultaron heridos en los disturbios y que al menos ocho menores habrían sido detenidos, además del bloqueo para el ingreso de la ambulancia a la zona de la protesta.
El director regional de Unicef para Oriente Próximo y el Norte de África, Ted Chaiban, y la representante en el Estado de Palestina, Lucia Elmi, instaron a las autoridades israelíes a «abstenerse de usar la violencia contra los niños y a liberar a los niños detenidos», según informó la agencia Europa Press.
El desfile del mañana marca la captura de Jerusalén este por parte de Israel y suele contar con la asistencia de nacionalistas de línea dura que atraviesan el sector musulmán de la Ciudad Vieja hasta el Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado para los judíos.
El evento anual es ampliamente percibido como provocador, y el desfile de este año llega en un momento particularmente volátil.
Hoy antes del amanecer, miles de fieles musulmanes se enfrentaron nuevamente con la policía israelí a las puertas del recinto de la mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja.
Videos subidos a redes sociales mostraron a palestinos arrojando botellas de agua y piedras a los oficiales, quienes dispararon granadas paralizantes.
Amos Gilad, un ex alto funcionario de Defensa, dijo a la Radio Militar que el desfile del Día de Jerusalén debería cancelarse o realizarse fuera de la Ciudad Vieja, porque, según ilustró, «el barril de pólvora está ardiendo y puede explotar en cualquier momento».
Sin embargo, el portavoz de la policía, Eli Levi, aseguró hoy que no había planes para suspender el desfile del Día de Jerusalén, a pesar de la creciente fricción y el potencial de violencia.
Los enfrentamientos de anoche coincidieron con el Laylat al-Qadr, o la «noche del destino», el período más sagrado del mes de ayuno musulmán del Ramadán, que culmina la semana próxima.
Ya los disturbios del viernes a la noche se habían seguido de condenas de los aliados árabes de Israel y llamados a la calma de Estados Unidos, Europa y Naciones Unidas, y hoy el papa Francisco pidió el fin de la violencia.
«Los invito a todos a encontrar soluciones compartidas para que se respete la identidad multirreligiosa y multicultural de la Ciudad Santa”, dijo hoy el Papa en un mensaje luego de la oración dominical en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania dijo en un comunicado que el reino había «pedido a las autoridades israelíes que detuvieran sus violaciones y respetaran la santidad de la mezquita, la libertad de los fieles y el status quo histórico y legal».
En contrapartida, el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró hoy que Israel “no permitirá que ningún extremista desestabilice la calma en Jerusalén. Haremos cumplir la ley y el orden».