Emplazado en la zona noroeste de la ciudad, el Centro Comunitario Olavarría es de vital importancia para gran cantidad de rosarinos
Emplazado en la zona noroeste de la ciudad, el Centro Comunitario Olavarría es de vital importancia para gran cantidad de rosarinos
Por Gina Verona Muzzio
Un grupo de vecinos de la zona noroeste tomó hace alrededor de un año una decisión que modificaría la vida de cada uno de ellos y generaría cambios en la cotidianeidad de gran cantidad de familias de la zona noroeste de la ciudad. En el corazón de la gran barriada de Empalme Graneros, volvieron a poner en funcionamiento un espacio de vital importancia para la comunidad. Se trata del Centro Comunitario Olavarría, cuyo ingreso está ubicado en un pasillo a la altura del 1300 bis de dicha calle. Gabriela, una de las vecinas que emprendió esta importante tarea, dialogó con CLG sobre la historia y la actualidad del lugar.
“Nosotros hace un año que estamos. El lugar físicamente ya existía, pero estuvo quince años abandonado. Está ubicado en calle Olavarría, pero como es un pasillo y no tiene número fijo, solemos poner la dirección de algún vecino. El lugar se hizo muy conocido en el barrio”, relató la mujer.
A partir de la tarea que los vecinos y voluntarios desarrollan en el centro comunitario, cada vez más gente se va acercando a participar de las actividades o para acceder a una comida en el merendero. Pero los comienzos fueron de arduo trabajo para todos.
“Antes se llamaba 17 de Agosto y en la época de la gobernación de Binner, desde aquí salían las cremas medicinales para todos los centros de salud. Para los piojos, para las quemaduras, se preparaban acá. A la vez, funcionaba como comedor y merendero. Gran parte del barrio se alimentaba allí”, comentó Gabi, como la llaman todos sus compañeros.
El trabajo comunitario en Olavarría forma parte para esta vecina de un legado familiar, ya que su abuela formó parte de la vieja comisión del espacio. Sin embargo, a medida que fueron falleciendo los integrantes, el espacio se fue cerrando. “Cuando mi abuela murió, el lugar se cerró por completo. Solo se abría para ocasiones puntuales, como cuando alguien no tenía dinero para hacer un velatorio, se prestaba”, indicó.
Pero la historia familiar en torno al Centro Comunitario Olavarría no termina ahí para Gabi. Actualmente, quien fue elegida como presidenta es su tía, hija de una de las primeras impulsoras.
“Somos un grupo de quince vecinos que estamos trabajando. Vamos sumando cada vez más, gente que veía que estábamos trabajando acá adentro. Sacamos dieciséis camionadas de mugre. Estuvo quince años cerrado, apenas empezamos a trabajar y dijimos que iba a funcionar como copa de leche, la gente empezó a llegar, desde el minuto cero. No podíamos creer la cantidad de gente”, explicó Gabi.
El centro comunitario se sostiene gracias al trabajo de los vecinos y de algunos voluntarios que no viven en la zona. Además, reciben donaciones y aportes de la Municipalidad y la Provincia. Pero en la situación actual de crisis, se ven obligados a realizar otras actividades para reunir fondos, como bingos, clases de zumba o ferias de ropa.
“Con ayuda de la gestión de gobierno anterior, reconstruimos casi por completo el lugar. Tratamos de recuperar los dos espacios que el barrio tenía, el centro comunitario y la cancha de Olavarría”, recalcó Gabi. La mujer explicó que se trata de dos lugares emblemáticos de la cuadra y que estaban completamente abandonados.
Hoy en día, alrededor de 200 personas retiran la leche. Muchos de ellos son adultos mayores o mamás solas. “Nuestro equipo será de alrededor de quince o veinte personas”, añadió. Quienes le ponen el cuerpo todos los días a la tarea solidaria son más que nada mujeres, sostenes de hogar y mamás. “Recibimos donaciones y para la copa de leche cinco mil pesos de la Muni. Con las chicas hacemos como en casa, pensamos cómo hacer para que la plata rinda. Después recibimos un aporte de la provincia para sostener el lugar. Hacemos otras actividades para juntar fondos, para limpieza, mantenimiento y para el gas, que es clave para cocinar”, ahondó.
Al ser consultada por CLG sobre qué significa para ella el Centro Comunitario Olavarría, Gabriela habló en nombre del grupo: “Para nosotras es un grupo de mujeres, un espacio de debate, donde conocés gente, compartís experiencias, conocés a vecinos que viven acá hace un montón de tiempo”. Y para concluir, agregó: “Se abrió una puerta que ya no se puede cerrar. Todo el grupo que está acá tiene la misma idea de ayudar, de pensar en qué aportar, qué hacer. Es como una nueva generación”.
Colecta de útiles
Tal como lo están haciendo la gran mayoría de comedores, merenderos, vecinales y otros espacios solidarios, el Centro Comunitario Olavarría lanzó en los últimos días una campaña de recolección de útiles escolares, ante la gran demanda de las mamás del barrio. “Los chicos necesitan guardapolvos, mochilas, cuadernos. Zapatillas también. Nosotros no tenemos nada de eso, pero no queremos decirle otra vez “no” a esa gente que ya recibió esa respuesta por todos lados. Las pocas cosas que tenemos de útiles los chicos las usan los sábados en el apoyo escolar”, contó Gabi.
Por eso, con ayuda de las voluntarias, que realizaron el flyer, empezamos a difundir la campaña por Facebook. “Es súper importante porque estamos a un mes del comienzo de clases y los chicos necesitan tener las cosas. Si hay algo descosido, no importa, lo cosemos, si hay que reciclar, reciclamos. Guardapolvos y mochilas es lo básico”, finalizó.