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Tras la polémica con Moro, Brasil repudió a Bolsonaro con cacerolazos


Los gritos de "Fora Bolsonaro" volvieron a escucharse desde las ventanas y terrazas de San Pablo y Río de Janeiro, las dos ciudades más pobladas del país

Nuevo cacerolazos ocurrían esta noche en las principales ciudades de Brasil para reclamar la renuncia del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro mientras el mandatario explicaba en un pronunciamiento la polémica renuncia del ministro de Justicia, el ex juez Sérgio Moro.

La salida de Moro, conocido por haber liderado la operación anticorrupción Lava Jato y condenado al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, fue cuestionada por asociaciones de jueces, fiscales y policías, y generó un terremoto político en el gigante sudamericano.

Los gritos de «Fora Bolsonaro» volvieron a escucharse desde las ventanas y terrazas de San Pablo y Río de Janeiro, las dos ciudades más pobladas del país, durante el pronunciamiento del gobernante, que compareció con el resto de sus ministros para defenderse de las graves acusaciones que Moro lanzó contra él.

El presidente fue acusado por el renunciante ministro de Justicia y Seguridad Pública de haber cometido delitos de intervención política en las investigaciones de la Policía Federal y de alteración de un decreto por el que el mandatario echó hoy al jefe de esa fuerza de seguridad.

En su comparecencia ante los periodistas, Moro indicó que el cambio en el comando de la Policía Federal era una «interferencia política», como le reconoció incluso el propio presidente.

Los cacerolazos contra el jefe de Estado se han repetido en las últimas semanas para protestar por su gestión en la crisis del nuevo coronavirus, que ya deja en Brasil 3.670 muertes y 52.995 casos confirmados, según el último balance oficial divulgado por el Ministerio de Salud.

El mandatario, que menosprecia la gravedad de la Covid-19, a la que califica de «gripecita», defiende la vuelta «inmediata» a la normalidad y considera un «crimen» la imposición de cuarentenas.

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La semana pasada, Bolsonaro despidió al entonces ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien promovía el confinamiento social para contener los contagios de coronavirus.

Moro y Mandetta eran dos de los ministros con mayores índices de popularidad dentro del gobierno, incluso muy superiores a los del propio Bolsonaro.

A pesar del ruido de las cacerolas, resulta difícil cuantificar actualmente la indignación de la población brasileña, que en la mayoría de los 27 estados del país tiene prohibido realizar manifestaciones en la calle por las medidas de confinamiento vigentes para contener el coronavirus.