Tras la muerte de la albacea y viuda de Jorge Luis Borges, por una insuficiencia respiratoria, y de conocerse que no se encontró ningún testamento, se comenzó a especular quién quedaría a cargo de los derechos de la obra de Borges
Los sobrinos de María Kodama, albacea y viuda de Jorge Luis Borges fallecida el pasado 26 de marzo, se presentaron ante la Justicia para ser reconocidos como únicos herederos, luego de que se conociera que ella no habría dejado testamento sobre el patrimonio y el legado literario del escritor.
Fernando Soto, abogado de la traductora, docente y escritora afirmó estar «aliviado» por la solicitud de los cinco familiares de Kodama ante el Juzgado Civil número 94. «Me alegra y alivia mi espíritu. Esto abre una nueva etapa en el expediente sucesorio», sostuvo.
Tras la muerte de Kodama, por una insuficiencia respiratoria, y de conocerse que no se encontró ningún testamento, se comenzó a especular quién quedaría a cargo de los derechos de la obra de Borges.
En menos de 24 horas aparecieron entonces Mariana del Socorro, Martín Nicolás, María Victoria, Matías y María Belén Kodama, hijos de su hermano Jorge, ya fallecido, que solicitaron «se dicte declaratoria de herederos».
Según trascendió, en la presentación pidieron realizar un inventario provisional y secuestrar bienes muebles como obras literarias, premios, condecoraciones, manuscritos, fotos, material periodístico y títulos de propiedad de valor literario e histórico que deba salvaguardarse.
El abogado explicó que «los sobrinos son los responsables de pedir un administrador y la protección de esos bienes» y aclaró que, «si bien sería una decisión práctica» que los demandantes se pusieran en contacto con él, no están obligados a hacerlo por ley.
Kodama había anticipado su intención de entregar el legado del autor de El Aleph a dos universidades extranjeras, que podían serla de Tokio, en Japón, donde se trabajó y se trabaja fuertemente sobre la obra del escritor, o las estadounidenses de Texas o Harvard.
Sin embargo, en una conferencia de prensa realizada este lunes, Soto había afirmado que su representada «no dejó testamento».
«Su escribana de confianza no tiene testamento. Nadie de círculo cercano entre quienes consultamos conoce el documento. Si al momento de entrar a su casa se encuentra un testamento, se tomará ese, pero las posibilidades son bajísimas», aclaró el abogado.