Estados Unidos advirtió que podría haber más ataques como el de ayer en el aeropuerto internacional de Kabul
Los vuelos de evacuación de Afganistán se reanudaron hoy con renovada urgencia, un día después de que milicianos suicidas del Estado Islámico (EI) mataran a más de 100 personas, entre ellos 13 soldados estadounidenses, al atacar con bombas y fusiles a miles de desesperados afganos que huyen del país tras su toma por los talibanes.
Estados Unidos advirtió que podría haber más ataques como el de ayer en el aeropuerto internacional de Kabul antes del martes próximo, la fecha límite de la presencia de las tropas extranjeras en Afganistán tras su derrota en 20 años de guerra contra los talibanes.
Mientras los llamados a las plegarias del viernes resonaban desde las mezquitas de Kabul y se mezclaban con el rugido de los aviones que partían del aeropuerto, la ansiosa multitud agolpada en las afueras era tan grande como en todos los últimos días desde la caída de Kabul en manos de los talibanes, el 15 de agosto.
Decenas de combatientes talibanes, con armas pesadas, patrullaban una zona a unos 500 metros del aeropuerto para impedir que la gente pudiera pasar más allá, informó la cadena de noticias BBC.
Los ataques de ayer causaron la muerte de al menos 97 afganos, informó la cadena de noticias árabe Al Jazeera, que citó a su propio corresponsal en Kabul.
Estados Unidos dijo ayer que 13 de sus soldados también murieron y 18 resultaron heridos en el atentado, la mayor pérdida del ejército estadounidense en Afganistán desde agosto de 2011.
Los ataques fueron reivindicados por la rama afgana del grupo yihadista Estados Islámico (EI), que en Afganistán se ha nutrido de extalibanes con una visión más extremista del islam que la milicia afgana, ahora en el poder.
En el peor momento desde el inicio de su mandato, un conmovido presidente estadounidense, Joe Biden, prometió «perseguir» a los autores del ataque y hacerles «pagar» sus consecuencias.
«Estados Unidos no se dejará intimidar», dijo ayer el mandatario.
Con lágrimas en los ojos Biden rindió un sentido homenaje a los soldados muertos, «héroes comprometidos en una misión peligrosa y altruista para salvar las vidas de otros».
Autoridades militares de Estados Unidos, que esperan que los ataques del EI «continúen», explicaron que los atentados en el aeropuerto fueron perpetrados por dos atacantes suicidas del EI y que también hubo un tiroteo.
El atentado, que provocó una condena mundial unánime, confirmó también los temores al respecto expresados horas antes por varios países occidentales, que habían recomendado a sus ciudadanos que se alejaran del aeropuerto.
Los talibanes, a través de su portavoz Zabihullah Mujahid, condenaron «firmemente» el ataque, pero señalaron que «tuvo lugar en una zona donde las fuerzas estadounidenses son responsables de la seguridad».
La reconquista del poder por los talibanes en Afganistán de este mes llegó 20 años después de que su anterior Gobierno fuera derrocado por una invasión internacional liderada por Estados Unidos en el marco de la guerra «contra el terrorismo» lanzada luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en ese país.
Su regreso al poder ha aterrorizado a muchos afganos que temen represalias por haber colaborado o trabajado para las fuerzas extranjeros o que los talibanes vuelvan a imponer las draconianas medidas que caracterizaron su anterior Gobierno, cuando practicaron ejecuciones extrajudiciales y privaron de todo derecho a las mujeres.
Estados Unidos dijo ayer que más de 100.000 personas ya fueron evacuadas de Kabul, pero que unos 1.000 estadounidenses y decenas de miles de afganos todavía pugnaban por salir del país en uno de los puentes aéreos más grandes de la historia.
El atentado, que causó además más de 160 heridos, sembró el caos y la desolación entre los miles de afganos que se agolpan en el aeropuerto, única puerta de salida del país, con la esperanza de poder montarse en uno de los vuelos de evacuación de los países occidentales.
Videos difundidos en redes sociales reflejaban ese pánico: decenas de víctimas, muertas o heridas, tendidas en las aguas sucias de un canal de desagüe y rodeadas de socorristas desbordados. Hombres, mujeres y niños corrían en todas direcciones huyendo despavoridos del lugar de las explosiones.
La ventana de posibilidades de salir de Afganistán se está cerrando. Algunos países occidentales ya pusieron fin a sus evacuaciones, en parte para dar tiempo a Estados Unidos de completar sus propias operaciones antes de sacar a los últimos 5.000 soldados que tiene en Afganistán, el próximo martes 31 de agosto.