El nadador de Echesortu seguirá su recuperación en San Jerónimo
A casi un mes del accidente que le provocó una fractura cervical y dejó secuelas motrices severas, el joven nadador rosarino Matías Bottoni, de 17 años, fue trasladado este jueves por la mañana al Centro Integral de Rehabilitación Aprepa, ubicado en San Jerónimo Sud, a unos 40 kilómetros de Rosario. La decisión fue tomada por su familia tras denunciar graves deficiencias en la atención que recibió en la sede Escobar del instituto Fleni, considerado uno de los centros de rehabilitación más prestigiosos del país.
“El cambio lo hacemos por muchos motivos. Tenemos imágenes y videos que respaldan por qué decidimos irnos. No se puede comparar Fleni ni con un hospital público”, afirmó su padre, Luciano Bottoni, en declaraciones a Rosario3, mientras acompañaba el traslado.
Matías había sido derivado el pasado 22 de mayo al Fleni de Escobar, con la expectativa de comenzar un tratamiento intensivo y de vanguardia. Sin embargo, la familia se encontró con un panorama decepcionante: instalaciones deterioradas, falencias en la atención médica, y deficiencias en el equipamiento básico.
“Nos imaginábamos algo de última generación. Pero apenas llegamos vimos que los baños se inundaban cuando bañaban a Mati o a mi esposa. El agua llegaba al pasillo y la respuesta era: ‘A veces se inunda’”, relató su padre.
Otro de los puntos más críticos fue el estado de la silla de ruedas que recibió el adolescente: una estructura antigua, deteriorada, con tornillos salidos que podían generar heridas. A eso se sumaron las quejas por comidas escasas o mal adaptadas a las necesidades del paciente y una infección intrahospitalaria que obligó a suspender la rehabilitación por varios días.
Luciano también denunció la ausencia de apoyo psicológico adecuado: “¿Cómo no va a tener asistencia psicológica mi hijo, que sabe todo, se da cuenta de todo, y está atravesando una situación tan difícil?”, se preguntó con indignación.
Una atención que cuesta 1,5 millones por día
La internación en Fleni fue solventada mediante una colecta solidaria, que movilizó a toda la comunidad rosarina, con el objetivo de acceder a una atención médica de excelencia. Sin embargo, la familia siente que lo ofrecido no estuvo a la altura de los 1,5 millones de pesos diarios que cuesta la estadía en el centro.
Ante la difusión de las críticas, desde Fleni respondieron asegurando que la sede de Escobar “cuenta con 23 mil metros cuadrados, 95 camas y 480 profesionales”, y que los insumos y servicios cumplen los estándares de calidad. Admitieron problemas edilicios, pero los calificaron de “infrecuentes”, y aseguraron que están siendo atendidos.
El nuevo destino: Aprepa
Mientras tanto, Matías ya viaja rumbo a Aprepa, un centro de rehabilitación con un enfoque más integral, situado en un entorno natural sobre la Ruta Nacional Nº 9. El establecimiento cuenta con áreas de recreación, espacios verdes y cabañas familiares, y promete ofrecer una atención más cercana y adaptada a sus necesidades.
“Queremos lo mejor para Mati, y no podíamos seguir en un lugar donde cada día era un obstáculo más. Él necesita todo el apoyo médico y humano posible para salir adelante”, concluyó su padre.
