El saldo comercial fue deficitario en cerca de US$ 180 millones, volviendo al terreno negativo luego de dos meses de superávit, dato que a la vez contrasta con marzo del 2020, cuando la balanza fue favorable para Argentina en US$ 50 millones
El saldo del intercambio comercial con Brasil cerró marzo un déficit de US$180 millones para la Argentina, tras dos meses de superávit, con un incremento del flujo entre ambos países que no se registraba desde agosto de 2018, al sumar un total superior a los US$ 23.000 millones.
De acuerdo con las cifras oficiales del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, reseñadas por la consultora Ecolatina, en marzo se registró «el mayor flujo de comercio desde agosto de 2018, con un incremento del 26% interanual».
El informe proyectó que este año las ventas al vecino país «crecerán alrededor de 15%, teniendo en cuenta que la industria liderará la recuperación de la economía brasileña y este crecimiento puede convertirse en un motor para la economía doméstica, traccionando no solo a la producción de transables, sino también aportando divisas para consolidar la calma cambiaria».
En el análisis de la coyuntura del tercer mes del año, se destacó que el mejor desempeño en los niveles de intercambio fue producto de ventas brasileñas al país por casi US$ 1.100 millones (+42% i.a.) y compras con origen argentino por más de US$ 900 millones (+12% i.a.).
Así, el saldo comercial fue deficitario en cerca de US$ 180 millones, volviendo al terreno negativo luego de dos meses de superávit, dato que a la vez contrasta con marzo del 2020, cuando la balanza fue favorable para Argentina en US$ 50 millones.
Así, con el primer trimestre finalizado, el saldo comercial con el principal socio de la Argentina se ubicó en un terreno negativo de US$ 30 millones, con exportaciones por encima de los US$ 2.500 millones (+16% en comparación con el primer cuarto del año pasado) e importaciones por poco más de US$ 2.600 millones (+21% i.a.).
«Estas cifras reflejan la rápida recuperación de las economías de ambos países», analizó el reporte difundido esta tarde, a la vez que destacó que están influidas por la compra de soja que realizó el país vecino para cumplir con montos pactados en contratos de exportación, debido a la mala cosecha.
En simultáneo, al analizar detalladamente la evolución del comercio con Brasil surge como motivo de alerta para la consultora «la elevada elasticidad de las importaciones argentinas, ya que con un crecimiento interanual de la actividad económica que podría ubicarse en la zona del 8% en marzo, el alza de las compras externas con origen brasileño quintuplicó a esta cifra».
Por otra parte, el ritmo de crecimiento de las importaciones brasileñas en el mes no estuvo dinamizado por los productos nacionales, que crecieron a una velocidad muy por debajo de la media, sino por ventas chinas y estadounidenses, principalmente, lo que marca un retroceso en la participación de mercado.