CLG dialogó con Sabrina Gatti, su directora, quien habló del momento crítico que atraviesa la asociación civil
Por Sofía Dalonse
En el marco de la tormenta del domingo por la noche, quedó destrozado el techo del edificio del Taller Protegido Rosario, ubicado en 9 de julio 340. Se trata de la asociación civil donde concurren diariamente trabajadores mayores de 21 años, en su mayoría con discapacidad intelectual, a quienes se les brinda formación laboral para desempeñarse en distintos puestos.
CLG dialogó con Sabrina Gatti, su directora, quien relató lo ocurrido y habló de las consecuencias que ponen en riesgo el funcionamiento del taller.
«El domingo a la noche me llaman porque se cayó la pared lindera al taller. Es un edifico de 22 años que tiene 9 pisos», contó. Según detalló, se desmoronó toda esa pared y se cayó en bloque, destrozando todo el techo de la oficina y el techo de chapa del zoom. «Por suerte no había gente porque hoy no la cuenta nadie; había casi medio metro de escombros».

Asimismo, comentó que obras particulares estuvo en el lugar y ya emitió su informe. Por el momento no pueden entrar, por ende, el taller no está funcionando con normalidad . En este sentido, señaló: «La escuela especial DINAD, ubicada al lado del edificio, que además es propietaria, nos cedió un espacio para empezar a trabajar con la secretaría. Ojalá que podemos estar un tiempo más con ellos así podemos sacar las maquinas y por lo menos hacemos las bolsitas que son las que más clientes demandan, para mientras ver para donde rumbeamos en este tiempo».
Gatti remarcó que para que el taller continué su tarea necesitan obviamente un espacio, una casa donde desarrollar el proyecto: «El tema es en el mientras tanto no perder nuestros clientes y la alternativa de la poder seguir en la escuela especial sería ideal porque estamos ahí nomas y nos adecuaríamos un tiempo hasta que nos acomodemos en un nuevo lugar que es lo que vamos a tener que pensar».

La terapista ocupacional hace 29 años que trabaja en el taller y se mostró devastada. Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada, expresó: «Ahora un poco más ordenada en los pensamientos, pero fue una situación imprevista que uno no puede imaginar y siento piel de gallina de que por unas horas podríamos haber estado allí y hubiese sido realmente una tragedia».

Según comentó, la gente de dirección de discapacidad, en representación de Maximiliano Marc junto con la gente de Provincia los acompañó en las primeras horas: «Tuvimos un buen respaldo, fue de gran ayuda para tener una idea de la situación crítica. En paralelo, estamos en contacto con un abogado, un letrado, para que nos acompañe en lo que se viene».
Al concluir, aseguró que el momento es muy duro y convocó a colaborar: «Los 46 trabajadores en el grupo de WhatsApp me contienen y nos contenemos mutuamente. Yo los escucho y en estos días han evolucionado y madurado en su compromiso y responsabilidad con respecto al taller y su trabajo, que es lo que no tienen ahora; ni trabajo ni lugar».
Para colaborar: Taller Protegido Rosario (Instagram, Facebook y Tik Tok)