La titular de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por su sigla en inglés), Samanta Power, justificó su decisión en un comunicado
Estados Unidos anunció hoy que suspenderá una parte de su ayuda al Estado de El Salvador y enviará directamente los fondos a grupos de la sociedad civil, tras declararse preocupada por la reciente destitución de jueces y del fiscal general ordenada por el oficialismo que encabeza el presidente Nayib Bukele.
La titular de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por su sigla en inglés), Samanta Power, justificó su decisión en un comunicado: «Tenemos una profunda preocupación con respecto a la votación de la Asamblea Legislativa salvadoreña del 1 de mayo para destituir al Fiscal General y a los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de El Salvador, y preocupaciones mayores sobre la transparencia y la rendición de cuentas».
El dinero que antes iba a la Policía Nacional Civil y el Instituto de Acceso a la Información Pública ahora se utilizará, según agregó la funcionaria, para «promover la transparencia, combatir la corrupción y monitorear los derechos humanos en conjunto con la sociedad civil salvadoreña y organizaciones de derechos humanos», informó la agencia de noticias Sputnik.
El 1 de mayo, el Congreso salvadoreño, de mayoría oficialista, aprobó destituir en la misma sesión en que asumió el nuevo pleno a los magistrados de la corte constitucional y al fiscal general, para nombrar en su lugar a funcionarios que, según la oposición, son afines al Gobierno.
La medida también fue criticada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y Estados Unidos
La declaración de hoy reafirmó la postura de Washington y se sumó a la crítica que hizo recientemente a un acuerdo millonario de cooperación con China.
Ayer, la embajada china en El Salvador rechazó esta crítica estadounidense.
«China no ha utilizado nunca en el pasado ni utilizará en el futuro la asistencia exterior para interferir en los asuntos internos de otros países y mucho menos sacar beneficios propios», aseguró la delegación diplomática sobre el acuerdo ratificado por el Congreso salvadoreño el martes pasado y firmado en 2019.
Se trata de 500 millones de dólares para construir un estadio, un muelle, una planta potabilizadora de agua, y una biblioteca, entre otras obras.
«500 millones de dólares en inversión pública no reembolsable y sin condiciones», celebró Bukele, en alusión a anteriores iniciativas que impulsó Estados Unidos en El Salvador pero con menos fondos y que exigían una contrapartida de recursos a nivel local.
«Señor presidente, nada de China viene sin condiciones», le respondió vía Twitter la subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense, Julie Chung.
«Ustedes son el mayor socio comercial de China», le retrucó poco después el mandatario salvadoreño.
El Salvador, un país que depende cada vez más de las remesas que sus emigrados envían desde Estados Unidos, restableció relaciones diplomáticas con China en 2018, durante el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén y rompió lazos con Taiwán.