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Polémica con migrantes

Tras declarar, seguirá detenida en Italia la capitana del Sea Watch 3


La capitana del barco de la ONG alemana Sea Watch, arrestada en Italia tras desembarcar a 40 náufragos sin permiso del gobierno en la isla de Lampedusa, permanecerá detenida al menos hasta el martes tras declarar este lunes ante la justicia local.

Carola Rackete, detenida a primera hora del sábado acusada entre otros delitos de «violencia contra nave de guerra» por las maniobras que hizo a su entrada al puerto de Lampedusa, permanecerá al menos una noche más en prisión domiciliaria tras ser interrogada dos horas y media por un tribunal de la ciudad de Agrigento, en Sicilia, informó la cadena pública Rai.

La jueza local Alessandra Vella se reservó hasta mañana la decisión de convalidar o no la detención de Rackete, informó el diario Repubblica.

La fiscalía local había pedido a la Justicia que convalide el arresto hecho en la madrugada del sábado y que la alemana Rackete sea castigada con la «prohibición de permanecer en Agrigento», lo que en la práctica podría traducirse en su inmediata expulsión de la ciudad siciliana y de Italia.

Rackete está acusada también de haber rechazado las órdenes de una nave de guerra y de «navegación en zonas prohibidas», tras la decisión que tomó en la madrugada del sábado de desembarcar en Lampedusa a las 40 personas que había rescatado en aguas internacionales hacía 17 días, y para quienes no encontraba un «puerto seguro».

Ayer, a través de su abogado, la marinera reivindicó su decisión de hacer bajar en tierra firme a los inmigrantes con los que deambuló más de dos semanas en aguas internacionales a bordo del barco Sea Watch 3, de bandera holandesa y perteneciente a la ONG alemana Sea Watch.

«La situación era desesperada. Mi objetivo era simplemente llevar a tierra a gente que estaba exhausta y desolada», explicó el abogado Salvatore Tesoriero citando a su defendida, y agregó que la capitana «tenía miedo» de que hubieran suicidios a bordo.

«Se realizó una maniobra en condiciones extremadamente difíciles, pero no hubo un acto criminal o la voluntad de embestir el bote patrulla o matar a alguien, solo la necesidad de salvar vidas», explicó Tesoriero al diario Corriere della Sera.

La maniobra de Rackete, que le valió también acusaciones del delito de «favorecimiento de la inmigración ilegal», se dio luego de varios días de rechazó explícito del gobierno italiano a la posible llegada de los náufragos a su territorio.

El ministro del Interior y vicepremier italiano, Matteo Salvini, fue el principal portavoz de la postura de Roma y planteó a través de Twitter: «De procesar y poner presos a los delincuentes nos ocupamos nosotros».