El ministro de Economía y candidato a presidente por Unión por la Patria regresó de su gira y ya se enfoca en las elecciones de octubre
Por Mara Laudonia, enviada especial a Washington – Télam
El ministro de Economía y candidato a presidente por Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, está convencido que ahora podrá encarar la campaña electoral con mayor tranquilidad, tras haber logrado el desembolso de US$7.500 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), tras cuatro meses de arduas negociaciones.
La aprobación del desembolso de US$ 7.500 fue «el último clavo en el zapato, ahora puedo hacer campaña tranquilo», dijo Massa a los funcionarios del Palacio de Hacienda durante una charla intima que mantuvo durante el vuelo de regreso al país, tras la intensa agenda de reuniones que el ministro llevó adelante en Washington el martes y el miércoles.
De este modo, el titular del Palacio de Hacienda transmitió la sensación de liberación luego de haber culminado un proceso de negociación con el organismo multilateral, que terminó con el rediseño de un nuevo programa y la aprobación por parte del directorio del desembolso requerido por la Argentina.
Massa confesó que en los últimos meses hubo una dura confrontación con el staff del FMI.
Fuentes que participaron de la charla comentaron a Télam que el ministro recordó la promesa que en marzo pasado el presidente de EEUU, Joe Biden, hizo al presidente Alberto Fernández de que iba a apoyar a la Argentina en las negociaciones con el organismo.
A lo que se sumaron charlas que él mantuvo con funcionarios de la Casa Blanca en las que incluso se llegó a hablar de la posibilidad de que la Argentina reciba un crédito puente o un «front loan» para poder llegar a diciembre con un mayor margen de tranquilidad, en medio de las penurias desatadas por los efectos económicos de la sequía.
Lo concreto fue que finalmente no hubo ningún adelanto y lo que inicialmente parecía que iba a ser una negociación de semanas, se extendió en el tiempo y el punto final recién se alcanzó cuatro meses después, con la aprobación del board del FMI por unanimidad el miércoles pasado.
En las distintas reuniones que mantuvo durante los últimos días en Washington -con funcionarios de la Casa Blanca y con la titular del FMI, Kristalina Georgieva- el ministro les reprochó la situación que debió atravesar el país durante estos últimos meses a pesar de los compromisos asumidos por parte del Gobierno estadounidense y desde la conducción organismo multilateral.
En el Palacio de Hacienda sostienen que las conversaciones se empezaron a complicar con la asunción del chileno Rodrigo Valdez como director del Departamento Hemisferio Occidental del FMI.
Massa y Valdez se vieron el miércoles pasado luego de la aprobación del crédito por parte del Directorio del FMI, durante la reunión que el ministro y su equipo mantuvo con Kristalina Georgieva.
Una de las cosas que el directivo chileno no habría digerido fue que Massa y Georgieva en los meses previos dialogaron acerca de alternativas para pagarle al Fondo, a causa de le demora del staff técnico en aprobar el entendimiento.
Desde el entorno del ministro reconocen que si bien a Georgieva no la entusiasmó mucho la idea de conseguir dinero en otros organismo o estados, porque ponía en juego la reputación del FMI como prestamista de última instancia, en su razonamiento primó que un peor escenario hubiera sido que la Argentina no pague los vencimientos.
Massa decidió encarar esta estrategia alternativa cuando vio que las negociaciones con Valdez no prosperaban.
El malestar de Massa con Valdez fue más que evidente el pasado martes, cuando el ministro se reunió con el titular del BID, Ilan Goldfajn, a quien le comentó que su designación como presidente del organismo significó para él una pérdida por partida doble.
Por un lado, le explicó que había perdido a un amigo, en referencia a Mauricio Claver Carone, a lo que se sumó que el pase de Goldfajn- que hasta ese momento era el responsable del Departamento Hemisferio Occidental- significó dejar de contar con «un hermano latinoamericano brasileño en un puesto clave».
Massa también se dio el gusto, entre otras cuestioens, de mostrar con números, durante el encuentro con Georgieva, que en la política de financiamiento de la deuda en pesos las metas se habían cumplido: «en diciembre del 2022 el staff report era muy duro con este tema y alertaba que no íbamos a llegar: no sólo llegamos sino que superamos el rollover en 300.000 millones y vamos a volver a licitar».
Antes de tomar el avión que lo traería de regreso a la Argentina, Massa convocó a todo el equipo argentino a una última reunión de trabajo en la casa del nuevo director por la Argentina ante el BID, Marcelo Barg, quien los recibió con un asado.
Allí, con el desembolso del FMI ya concretado, la campaña electoral recobró protagonismo y Massa ya comenzó a delinear la estrategia para vencer a quien cree que será su competidor en el balotaje: el libertario Javier Milei.