Chile inicia hoy otra jornada de tensión y expectativa frente a los anuncios del presidente Piñera, luego de los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad registrados ayer y que ya han provocado la muerte de 15 personas, ocho de estas el domingo, el día más cruento de las manifestaciones.
Según el subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, la mayoría de las muertes se registraron en Santiago y ocurrieron durante el saqueo y la quema de distintos edificios de la ciudad y las autoridades dijeron que al menos tres ciudadanos extranjeros, incluidos dos ciudadanos colombianos y un ecuatoriano, estaban entre los muertos.
Las protestas comenzaron hace ocho días por un aumento de precios propuesto para los boletos de metro en la ciudad capital, Santiago, pero desde entonces se han expandido, revelando una ira profunda entre los chilenos comunes que sienten que han sido excluidos del crecimiento económico del país.
El presidente Sebastián Piñera anunció anoche medidas tendientes a paliar un tanto la situación y la expectativa hoy es ver cómo responde la sociedad a esos anuncios.
Las autoridades señalaron que los saqueos y la violencia tienen cierto nivel de organización criminal, y expresaron que esa situación ha opacado las demandas de las protestas que desde la semana pasada se organizaron de manera pacífica y multitudinaria en Santiago y otras partes del país.
La vida cotidiana del país se ha visto totalmente modificada, no hay clases en la mayoría de colegios, las universidades están cerradas y el transporte de colectivos funciona de manera limitada.
En las calles de un país que lleva 30 años considerado una excepción de seguridad en América Latina hoy se ven militares, autos quemados y filas en los supermercados que cierran para evitar saqueos.