El terremoto de 7,5 grados sacudió el centro del país en Año Nuevo. El balance de víctimas fatales puede subir porque hay muchas personas atrapadas
Al menos 50 personas murieron en Japón a consecuencia del violento sismo de magnitud 7,5 que sacudió el centro del país en Año Nuevo, y los rescatistas trabajaban hoy para encontrar sobrevivientes.
El sismo golpeó el lunes la prefectura de Ishikawa, en la península de Noto, en la isla principal de Honshu.
El balance de víctimas fatales puede subir porque hay muchas personas atrapadas, consignó la agencia AFP.
«Se confirmaron daños muy cuantiosos, incluidas numerosas víctimas, edificios colapsados e incendios», declaró a periodistas el primer ministro Fumio Kishida, quien agregó que tienen «que correr contra el tiempo para buscar y rescatar a las víctimas».
Tomas aéreas mostraron la devastación de un incendio en el puerto de Wajima, donde colapsó un edificio de siete pisos.
La mayoría de las viviendas de la ciudad costera de Suzu colapsaron, según funcionarios citados por la agencia Kyodo.
«La situación es devastadora, 90% de las viviendas fueron destruidas completamente o parcialmente», dijo el alcalde de Suzu, Masuhiro Izumiya.
Más de 30.000 casas están sin electricidad en la zona, que registró temperaturas gélidas durante la noche, dijo la compañía de electricidad y muchas ciudades no tenían agua potable.
Cientos de habitantes de la pequeña ciudad japonesa de Shika hacían fila el martes frente a la alcaldía esperando recibir los seis litros de agua asignados a cada persona.
En Wajima, una ciudad costera a 60 kilómetros al norte de Shika, todo un barrio de casas de madera quedó destruido por las llamas.
Allí, los habitantes también hacen fila frente a los supermercados para abastecerse, aunque algunos comercios están cerrados por falta de suministros. «Hoy estamos cerrados. Estamos evacuando», reza un cartel a la entrada de uno de estos locales.
En algunos lugares, los obreros ya están trabajando para sellar las grietas y facilitar el paso de los bomberos, del ejército -que fue llamado como refuerzo- y de la policía.
El sismo de magnitud 7,5 sacudió Ishikawa el lunes, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y, según las autoridades japonesas, la magnitud del temblor fue de 7,6.
La Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) indicó que después del terremoto se registraron 155 réplicas, en su mayoría con magnitudes superiores a 3 puntos.
En tanto, en el aeropuerto de Tokio-Haneda cinco personas murieron cuando un avión de pasajeros chocó con otro avión de los guardacostas que viajaba a Ishikawa para entregar suministros a las zonas afectadas por el sismo.
Tras el sismo se produjeron marejadas con olas de 1,2 metros en Wajima, pero la JMA anunció ayer el fin de todas las alertas de tsunami.
El ministro de Defensa, Minoru Kihara, informó que mil militares están preparados para dirigirse a la región y que otros 8.500 fueron movilizados.
La autoridad de transporte cerró las autopistas en la zona cercana al epicentro y Japan Railways anunció que los trenes de alta velocidad entre Tokio y la prefectura de Ishikawa quedaron interrumpidos.
El gobierno, por otro lado, precisó que no se registraron incidentes en las centrales nucleares del país.
Los daños causados por los sismos afectaron sobre todo a las casas antiguas, que suelen ser de madera.
El portavoz del gobierno, Yoshimasa Hayashi, señaló seis casos de personas que están en edificios derrumbados en la zona de Ishikawa.
Un equipo de bomberos se metió debajo de un edificio comercial que se derrumbó en Wajima, mostró la televisión.
«¡No se rindan, no se rindan!», gritaban mientras avanzaban entre pilas de postes de madera con ayuda de una sierra eléctrica.
El terremoto se sintió en Tokio, a 300 km de distancia, donde fue cancelado un evento de Año Nuevo con la presencia del emperador Naruhito y su familia.
Japón, situado en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países del mundo donde los sismos son más frecuentes.
El archipiélago aplica normas de construcción extremadamente estrictas, de modo que los edificios están diseñados para resistir fuertes sismos.
Pero persiste en el país el traumático recuerdo del terremoto de magnitud 9,0 seguido de un gigantesco tsunami que en marzo de 2011 provocó una catástrofe que dejó unos 20.000 muertos o desaparecidos.
Esa catástrofe incluyó el accidente nuclear de Fukushima, el peor registrado en el mundo desde el de Chernóbil en 1986.
El tsunami causó que se fundieran tres reactores de la central nuclear japonesa.