A través de un comunicado el sector expresó su malestar ante la imposibilidad de trabajar debido a la pandemia de Covid-19
Con un documento titulado “Por el derecho al pan y el derecho al canto”, la entidad Trabajadores de la Lírica en la ciudad de Rosario (TLIR) busca generar una sostenibilidad del sector más allá de la actual situación sanitaria, en tanto recibió apoyos de sindicatos y agrupaciones de España, Francia, e Italia.
Según la comunicadora Noelia Pirsic, “TLIR es una denominación que alude a todo el arco de gente que integra la producción de espectáculos de este tipo y que desde hace décadas lleva adelante sus tareas en condiciones laborales precarias, sin obra social, con acuerdos de palabra, con la misma modalidad de empleo informal que proponen las empresas de ‘delivery’”.
TLIR aduce que lo suyo “no es amor al arte, somos trabajadores” y añade que “los efectos sociales y económicos de la pandemia nos dieron una radiografía del lugar en el que estamos los y las trabajadoras de la cultura». «Nos pareció que éste es el momento para reflexionar sobre las condiciones laborales, cuál es la relación con los organismos del Estado, qué podemos hacer para mejorar nuestra situación entre pares, entre el conjunto de personas que hacemos posible el espectáculo lírico, que es siempre un esfuerzo colectivo”, añade el documento.
El texto lamenta que no todos los integrantes de la entidad tienen la posibilidad de hacer carrera en Buenos Aires y que en la ciudad santafesina no hay muchas opciones más allá de la docencia.
“En ese sentido queremos que haya actividades en nuestra propia ciudad, desarrollar un circuito alternativo para visibilizar nuestra labor, que está en crisis desde antes de la situación sanitaria. El único teatro en funcionamiento para espectáculos líricos es El Círculo y, si bien existen proyectos alternativos en otras partes, no están en un marco de ser reconocidos”, sostiene.
Unos de los objetivos de TLIR es que esos proyectos se articulen y consoliden un circuito alternativo en la ciudad, por lo que “hay que generar vínculos entre los artistas rosarinos y el Estado, con los organismos que existen y las asociaciones culturales, para que se genere más trabajo y también más lugares donde mostrar los resultados ese trabajo”.