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El padre Núñez habló con CLG

«Todo gira en torno a la droga», dijo el cura de la parroquia baleada


Este domingo, la parroquia María Reina amaneció con una imagen muy peculiar. Varios disparos contra la pared y balas en el altar reflejan que algo no anda bien. Durante la madrugada, hubo un ataque a balazos. «Todo gira en torno a la venta de drogas», aseguró a CLG Juan Pablo Núñez, párroco del lugar.

Sin sorpresas, así habla el padre Juan. Su trabajo comenzó ya hace un tiempo prologando y por eso sabe a lo que se enfrenta: «Como sacerdote, no como investigador de la PDI, estoy en la parroquia desde hace 4 años y medio. Me involucré más en esto hace 3 años y medio».

«Esto es consecuencia de un camino que vengo haciendo de insistencia, que traté de hacerlo de una manera sigilosa para no generar todo esto. Pero bueno, ahora están todas las cartas jugadas», manifestó.

En el barrio, la inseguridad y la desprotección se sienten más que en cualquier lugar. «La gente del barrio se ha acercado muchísimas veces a expresar la angustia, la desesperación, el miedo. Mucha gente del barrio se fue», contó con pesar en este sentido.

«Hace más o menos 8 meses empezó a detonar todo esto y reventar. Por lo tanto yo no podía hacer la vista gorda»

«Yo hace tres años y medio convoqué a la gente del barrio y fuimos al Concejo Deliberante; a partir de un aviso que pusieron en el diario La Capital vinieron los medios de comunicación y se tranquilizó. Hace más o menos 8 meses empezó a detonar todo esto y reventar. Por lo tanto yo no podía hacer la vista gorda», explicó.

Esta vez, el párroco hizo el camino a la inversa que hace algunos años. «Empecé, no desde abajo, sino desde arriba. Avisándole al secretario del gobernador, comunicándole al secretario de Seguridad, también hablé con asistente del ministro de Seguridad», señaló.

«Todo tiene que ver con un búnker. Pero el búnker es solamente una de las ventanas que hay dentro del barrio, cada una cuadra hay uno»

Más allá de todo su trabajo, muchas cosas no cambian. Y el sacerdote lo tiene más que claro: «El problema es que siguen circulando como si nada. Yo ahora salí de la parroquia y sigue igual, como si nada». Y continúa su análisis: «Todo tiene que ver con un búnker. Pero el búnker es solamente una de las ventanas que hay dentro del barrio, cada una cuadra hay uno».

El padre Juan ha tenido que enfrentarse a hechos violentos en más de una ocasión. Ya experimentó varias amenazas, pero aún así su obra sigue y no tiene planes de parar. «Me amenazaron repetidas veces. Mientras yo circulaba en la calle, primero caminando, porque la gente me para y me pregunta cosas y bueno, yo paré y me amenazaron. Una vez en moto y otra vez iba caminando. Me dijeron que si no me quedaba callado que me la ponían«, relató.

«Yo voy a seguir estando de cura en la medida que el obispo lo permita, que es lo que yo quiero. Yo voy a seguir siendo cura»

A pesar de esto, cuando se le consultó cómo se sigue de ahora en adelante, contó cómo fue la mañana del domingo como ejemplo: «Yo limpié un poco para poder hacer la misa en la parroquia, después de sacar un poco los vidrios y tratar de esconder las balas que dieron en el altar que se ven y son muy notorias, dimos la misa normal y yo voy a seguir estando de cura en la medida que el obispo lo permita, que es lo que yo quiero. Yo voy a seguir siendo cura».

La convicción del párroco es destacable, su lucha se ha extendido con el correr de los años y ha pasado por varias etapas. Esta vez, la alarma sonó y despertó la atención porque se trató de una balacera, en una sociedad en la que las balaceras parecen haberse vuelto hechos cotidianos y de interés público.

El relato del hecho

«Yo estaba descansando en la casa parroquial y a las 3.30 de la madrugada se escucharon, como habitualmente se escuchan, los tiroteos en el barrio. Al levantarme para ir a la mañana a una de las capillas que atiendo, veo los impactos de balas en la puerta de la parroquia, no había visto los del jardín de la escuela Paulo VI, porque está enfrente. Balearon la puerta del frente del jardín que es más notoria, por eso shockea un poco más. Pero en la puerta de la parroquia están los agujeros, rompieron los vidrios. Impactaron las balas en el altar».

«En realidad, los muchachos dispararon contra la escuela pensando que iba a sonar la alarma, y yo cuando suena la alarma me levanto. Se quedaron ahí esperando, me dijo una vecina que se asomó y vio desde el costadito. Yo no salí porque estaba durmiendo, obviamente, me levanté al baño y miré las cámaras de seguridad pero no los vi adelante de la Parroquia. Después agarraron y evidentemente pegaron una tiroteada a la parroquia y se fueron».