Hubo una reunión en la Comisión de Servicios Públicos del Concejo Municipal. "Si no frenan a Uber y Didi, va a desaparecer hasta el colectivo", dijo referentes de taxistas
En medio de una profunda crisis, representantes de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar) solicitaron este lunes ante el Concejo Municipal un incremento del 40% en la tarifa y exigieron medidas urgentes contra la proliferación de aplicaciones ilegales como Uber y Didi. La discusión se dio en la comisión de Servicios Públicos, donde no faltaron las tensiones internas, las advertencias sobre el futuro del transporte y posturas políticas encontradas.
José Iantosca, referente de Catiltar, fue el encargado de llevar la voz del sector y no escatimó en críticas. “El taxi hoy es una industria que se apagó, no está más, pereció, murió”, lanzó, al tiempo que describió la actividad como “un trabajo por caramelitos de goma”. El dirigente denunció que las aplicaciones “tumbaron al taxi, al transporte escolar, y ahora vienen por todo”, incluso por el sistema de transporte urbano de pasajeros.
Durante su intervención, Iantosca también apuntó contra las condiciones del servicio: dijo que muchos taxis no levantan pasajeros si no es a través de apps, por los beneficios que estas ofrecen, y alertó que después de las 21 “si no te ponés Uber o Didi no laburás”. Además, planteó la dificultad para renovar unidades, con costos cercanos a los 26 mil dólares, y reclamó una mesa de diálogo que incluya al Sindicato de Peones de Taxis, al que acusó de no brindar respuestas.
Desde el Ente de la Movilidad, la concejala Verónica Irizar informó que existe un desfasaje de costos del 61,67% en la bajada de bandera y del 71,21% en la ficha técnica, lo que respalda técnicamente el pedido de Catiltar.
El debate mostró miradas opuestas dentro del cuerpo legislativo. “Va a desaparecer también el colectivo. A la gente le sale más barato tomarse un Didi o un Uber. Ese va a ser el único servicio público que va a quedar”, advirtió el edil Mariano Romero. Irizar, presidenta de la comisión, no coincidió con ese diagnóstico fatalista, pero sí reconoció que el avance de las apps y las divisiones internas del sector son parte del problema. Señaló además que muchos taxistas también aceptan viajes mediante plataformas digitales y se comprometió a trabajar con el Ejecutivo municipal para encontrar soluciones.
La discusión sobre el futuro del taxi en Rosario sigue abierta. Mientras los titulares de licencias piden respuestas inmediatas, en el Concejo y en el Ejecutivo analizan cómo sostener un servicio público en tiempos de cambios profundos en la movilidad urbana.
