El obispo de Quilmes y presidente de Cáritas, Carlos Tissera, afirmó este jueves que «el hambre es una realidad y nos avergüenza». A su vez, consideró que esta problemática «es una factura a toda la dirigencia» del país.
«Hay que remitirse a la realidad. Es una realidad que nos avergüenza y los motivos los sabemos. Estamos en Argentina, no en un lugar donde Dios no nos haya privilegiado con la producción de alimentos básicos. Es una factura a toda la dirigencia cómo no hemos podido sortear esto que es comer«, dijo Tissera en declaraciones a El Destape Radio.
En ese marco, celebró que el Senado haya aprobado el miércoles por unanimidad y convertido en ley la prórroga de la Emergencia Alimentaria hasta 2022 y la ampliación del monto a distribuir por el gobierno nacional. «Está muy bien porque primero hay que vivir. Ojalá entonces se vayan habilitando medios para que llegue pronto y después tiene que haber un consenso para que no nos vuelva a pasar que estemos en pleno siglo XXI hablando de cómo vamos a proveer la mesa de los argentinos», indicó.
“Lo primero es la comida y hay que garantizar esto. Y eso va de la mano del trabajo y la producción”, planteó el obispo.
Sobre la ayuda que brinda Cáritas en todo el país, Tissera indicó que «hace tiempo que veíamos que iba creciendo la cantidad de niños y adolescentes que asisten a los comedores, se fueron sumando padres y ahora abuelos», pero diferenció la situación actual con la crisis del 2001.
«Entonces fue un golpe muy fuerte donde las comunidades no estaban organizadas como están ahora. Este sacudón de las clases pobres y medias ha pegado muy fuerte pero ha habido un tejido de organizaciones que han podido sostener o soportar el golpe, sino hubiera sido peor», remarcó.
Por último, afirmó que la inflación «ha ido minando todo y aún estos programas que tenemos sean de Provincia o Nación, van muy atrás. Han ido aumentando pero no al valor de los precios de los productos. Llega el monto para merenderos, centros juveniles y de primera infancia, pero no alcanzan a cubrir lo que significa los gastos de alimentos que van al ritmo de la inflación».