Una discusión en el estacionamiento de un hospital de la ciudad estadounidense de Chicago se convirtió este lunes en un tiroteo que dejó tres personas muertas, entre ellas un agente de policía, informaron las autoridades.
«Tenemos cuatro personas fallecidas: un oficial de policía, dos mujeres que trabajaban en el hospital y el atacante», dijo a periodistas el encargado policial Eddie Johnson sobre lo ocurrido en el Mercy Hospital.
El atacante mató a la primera víctima -una mujer que tenía una «relación doméstica» con él- durante una discusión en el estacionamiento, luego disparó a la policía cuando ésta llegó al hospital y después se adentró en las instalaciones, explicó Johnson.
Refuerzos policiales llegaron al lugar y los agentes «enfrentaron al atacante por varios minutos en el hospital, con tiros disparados» por ambas partes, dijo.
Durante el tiroteo, el asaltante mató a una segunda mujer que se bajaba de un ascensor, añadió Johnson. El hombre también murió, aunque no está claro si por disparos propios o de la policía.
El mayor Rahm Emanuel identificó a las víctimas femeninas como una doctora y una «asistente de farmacia».
Según testigos entrevistados por los medios locales, el tiroteo comenzó frente al hospital hacia las 15H15 (19H15 GMT), y continuó al interior del edificio.
– Como «una película»
Hector Avitia dijo a la filial de CBS que esperaba los resultados de unos exámenes con su esposa cuando vio a un hombre vestido de negro disparar varias veces contra alguien en el piso del estacionamiento.
Dijo que el atacante tenía una pistola con varias recámaras.
«Entonces casi inmediatamente, un policía estaba llegando en una camioneta, y (el atacante) intercambió disparos con ellos y luego recargó y le disparó de nuevo a la persona en el suelo», dijo otro testigo.
«Y entonces entró al hospital e hizo más disparos».
El tiroteo ocurre tras varios incidentes de violencia por disparos en un país dividido sobre los límites del porte de armas, un derecho constitucional.
En la noche del 7 al 8 de noviembre, un exsoldado mató a 12 personas en un bar de Thousand Oaks en California. Otro atacante mató igualmente a once personas en una sinagoga en Pittsburgh el 27 de octubre.
«Nunca he estado tan asustada. He escuchado de tiroteos que pasan todos los días en los sitios de trabajo de la gente, pero no donde yo trabajo», dijo una empleada del hospital a ABC.
Según los medios locales, los pacientes del hospital fueron evacuados, algunos en sillas de ruedas.
En Chicago, la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, se registraron 675 muertes en 2017 -más que en Nueva York y Los Ángeles juntas-, muchas ligadas a la guerra de bandas y el tráfico de drogas.