Al menos una persona murió y otras tres sufrieron heridas este sábado cuando un hombre -luego detenido- irrumpió a balazos en una sinagoga en Poway, cerca de San Diego (California), donde los fieles se aprestaban a celebrar la pascua judía.
El suceso fue condenado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, quien advirtió que no contaba con demasiadas informaciones pero que todo hacía prever que se trató de un «delito de odio».
El ataque había provocado en principio cuatro heridos, pero luego el alcalde de Poway, Steve Vaus, confirmó que uno de ellos había fallecido.
«El odio no tiene lugar en ninguna comunidad… menos de Poway. Nos pondremos los brazos unos a otros y caminaremos por esta tragedia como la familia que siempre hemos sido y siempre lo será. #PowayStrong», escribió Vaus en su Twitter.
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El alcalde confirmó también que por el hecho hay un hombre detenido, y que los tres heridos habían sido trasladados al centro hospitalario Palomar, cercano al lugar de los hechos.
Vais apuntó que lo sucedido podría haber sido un crimen de odio «debido a las afirmaciones que fueron realizadas cuando el tirador entró en la sinagoga», informó la agencia EFE.
«Un hombre ha sido detenido para cuestionarlo en conexión con el tiroteo ocurrido en la sinagoga de Poway», indicó por su parte el alguacil Bill Gore en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Los hechos se produjeron a las 11.30 hora local (las 15.30 hora argentina), media hora después de que comenzara una ceremonia por la pascua judía.
Poway es una pequeña localidad de 50.000 habitantes a 30 kilómetros al norte de San Diego (sur de California), limítrofe con México. La sinagoga está ubicada en el bloque 16000 de Chabad Way, Poway.
El ataque se produjo seis meses después de que un tirador asesinara a 11 personas en una sinagoga de Pittsburgh, Pensilvania, en lo que constituye el ataque más mortífero contra la comunidad judía en la historia de Estados Unidos.
Pasadas las 14,30 locales, el presidente estadounidense, Donald Trump, se dirigió a los medios en el jardín de la Casa Blanca para expresar su «más profunda solidaridad con los afectados». «Estamos investigando. En este punto parece que se trata de un delito de odio», dijo Trump antes de partir a Wisconsin para participar de una reunión politica.