El viernes 8 de julio, Azul salió al recreo y, al pasar por un cesto de basura, estalló un explosivo. Su padre acusó a las autoridades del establecimiento educativo de haber subestimado el hecho y no haber determinado aún quiénes son los responsables
Una alumna de 15 años perdió la audición como consecuencia de la explosión de un artefacto casero colocado en un cesto de basura en el interior de un colegio de Mar del Plata, como parte de un reto viral de la red social TikTok, y su padre acusó a las autoridades del establecimiento educativo de haber subestimado el hecho y no haber determinado aún quiénes son los responsables.
«Continuamos hablando con los alumnos y alumnas y con los docentes para saber quién o quiénes son los responsables de este episodio que causó el daño a la alumna. Todavía no sabemos quiénes fueron, nadie habla», reconoció este miércoles Mario Casetta, director del Colegio Don Bosco de Mar del Plata.
El hecho ocurrió el viernes 8 de julio pasado, pero recién se conoció públicamente en las últimas horas cuando los padres de la alumna contaron lo ocurrido y se difundió a través de las redes sociales.
Ese viernes, Azul salió del aula junto con otros estudiantes de 4to., 5to. y 6to. año de esa escuela secundaria cuando comenzó el último recreo de la jornada escolar y, al pasar cerca de un cesto de basura, estalló un explosivo casero en el marco de un reto popular entre seguidores de la red TikTok.
A casi un mes del hecho y tras diversos tratamientos médicos, se confirmó que la adolescente sufrió la pérdida del 96,4 % de su audición y que deberá someterse a una operación para colocarle unos implantes coclares, cuyo valor van desde los 40 mil a 60 mil dólares.
El padre de la alumna, Matías Zabaleta, afirmó que la vida de su hija «cambió totalmente y todavía no hay ningún responsable» y se quejó porque «son muchos chicos en el recreo, además de las autoridades, y nadie vio nada».
«He radicado la denuncia correspondiente en la comisaría y en la fiscalía de turno y sostengo que el colegio tiene toda la responsabilidad de lo que le sucedió a mi hija», aseveró Zabaleta.
Además, advirtió que «el colegio subestimó el hecho, nunca llamaron al 911, no se resguardó la escena donde sucedió ni los elementos que produjeron el estallido para que fueran peritados», aunque aclaró que «aparentemente las autoridades los tiene guardados, veremos qué sucede y espero que aparezca el o los responsables».
«Mi hija está muy mal, el viernes pasado nos enteramos que debe ser intervenida y que le deben colocar unos implantes que van por debajo del músculo, y del lado externo, con un imán, porque los audífonos no funciona para estos casos», declaró a medios locales.
Zabaleta sostuvo, además, que «es importante que lo ocurrido se haga público porque se trata de una reto popular que circula por TikTok, donde enseñan cómo hacerlo».
Por su parte, el director del colegio sostuvo: «Estamos investigando (lo ocurrido) al mismo tiempo que estamos acompañando a la alumna y a su familia en todo esto». Y agregó: «Ni la alumna ni las compañeras que iban caminando cerca de ella pudieron ver algo que haga pensar que tal o tales alumnos fueron parte de la acción que ocasionó tal daño».
Casetta recordó que «ese día se escuchó un ruido muy fuerte como si hubiera sido la explosión de un petardo, pero no sabíamos qué había pasado; veíamos a la alumna que se agarraba los oídos y lo que hicimos fue asistirla inmediatamente».
«Activamos el protocolo que tenemos dentro de la institución que fue llamar a la ambulancia, a los padres e informar al Ministerio de Educación para que se active todo el asesoramiento correspondiente», añadió.
El directivo aclaró que «dentro del protocolo de crisis institucional que se activa no está contemplado la comunicación con el 911», por lo que «por ese motivo no se llamó» al teléfono de emergencia.
Casetta precisó que «cuando comenzamos a investigar, nos enteramos por los propios alumnos que nos pusieron en conocimiento que en las redes sociales hay ciertos desafíos que se llevan adelante y ése era uno de ellos».
«Ahí entendimos qué es lo que había sucedido», subrayó y remarcó que «estamos trabajando, como institución, en educar y generar una conciencia crítica dentro del alumnado para que esto no suceda».
Y concluyó: «Desde el primer momento nos pusimos a disposición de todas las necesidades de Azul y de toda su familia y de hecho hemos acordado con los docentes y compañeros para tomar todas las medidas necesarias como poder acompañar de la mejor manera que su práctica pedagógica sea la adecuada mientras va haciendo el tratamiento medico que corresponde».