Luego de 15 años de trabajo constante, la ONG de Arroyo Seco pudo inaugurar su espacio completo para personas con y sin discapacidad. A la oferta deportiva planea agregarle espacios de música y teatro
Cuando en el año 2001 el grupo de Tiburones del Paraná se prestaba a mostrar la maqueta de lo que sería el Complejo Deportivo y Cultural en Arroyo Seco parecía que la crisis de fin de año apagaba ese sueño. Pero para los Tiburones, que nacieron en 1998 con la idea de cruzar el Paraná a nado y apostar por la inclusión, no hubo nada que detuviera ese sueño. Y paso a paso, mejor dicho brazada a brazada, lograron dar por finalizado el tan anhelado proyecto que en este 2022 fue inaugurado entre bombos y platillos. «Es la tercera etapa del complejo como lo habíamos soñado, con pileta cubierta, gimnasio, centro cultural y la plazoleta. La gente pensaba que estábamos locos por todo lo del 2001», recordó entre risas Patricio Huerga, el coordinador general del proyecto Tiburones del Paraná.
Si bien la idea se presentó en sociedad en 2001, recién seis años después pudieron tener su propia pileta climatizada donde decenas de personas iban a nadar. En 2015, la segunda etapa inaugurada fue de un gimnasio cubierto de 900 metros cuadrados. Ya el sueño estaba más cerca. No obstante, la paciencia y el trabajo de este grupo no cedió y siete años después pudieron presentar el complejo entero, con la novedad del Centro Cultural donde se esperan desarrollar actividades como teatro y talleres de música.
El proyecto consistió en la ampliación de las instalaciones ubicadas dentro del predio municipal donde funciona el complejo. Para esta tercera etapa se ejecutó un Salón de Usos Múltiples, de construcción tradicional, con estructura de hormigón armado, cubierta de chapa sobre estructura metálica, piso de madera entablonado, cielorraso de durlock suspendido, carpintería de aluminio e instalaciones eléctrica, sanitaria, de gas y aire acondicionado. La superficie cubierta es de 155 metros cuadrados y piso de expansión exterior de hormigón armado de 140 metros cuadrados.
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«Las familias fundadoras nos dijeron que tuvimos la capacidad de sostener un sueño. Fue mucho esfuerzo, fue mucho demostrar y fue con gente en el camino que te ayuda», apuntó Huerga y remarcó: «Ahora sí es integral porque trabaja con todas las actividades culturales, sociales, recreativas y deportivas».
La particularidad del proyecto Tiburones del Paraná es que se centra en la inclusión de personas con y sin discapacidad. Así empezaron en 1998, cuando un grupo de personas cruzó por primera vez el Paraná desde Arroyo Seco hasta Entre Ríos a puro nado. Luego se fueron agregando actividades como básquet y vóley, potenciados con el gimnasio en 2015 y ahora apuntan a que desde el Centro Cultural emergan obras o grupos de baile que convienen personas con y sin discapacidad.
En el Centro Cultural y Deportivo Tiburones del Paraná se pueden encontrar actividades de pileta para bebes y adultos, los ya mencionados básquet y vóley, gimnasia rítmica, folclore y buscarán comenzar actividades como danza clásica, talleres de música y regresar con las clases de teatro. «Lo lindo es que que trabajan juntos las personas con y sin discapacidad de todas las edades. Trabajan en el mismo horario, mismo profesor, mismo plan de trabajo. Interactúan y se forman vínculos muy fuertes, es lo que caracteriza al proyecto y esto que empezamos en la pileta lo trasladamos a otras disciplinas», puntualizó Huerga y contó que en la presentación donde estuvieron autoridades provinciales como Omar Perotti, los encargados de ponerle color y baile fueron el grupo de folclore los Soñadores del Paraná.
Huerga contó que cuando todo comenzó Tiburones debía alquilar una pileta, al principio los clubes otorgaban los horarios centrales ya que eran un puñado de nadadores. «Ahí nos dimos cuenta cómo se interactuaba con los otros», detalló. Pero a medida que el proyecto fue creciendo y alcanzaron unas 150 personas, fueron relegados a horarios donde la pileta no estaba ocupada por socios. «Ahí nos quedó esa marca, porque nos daban los horarios de las 20 y perdíamos el contacto social, ahí pensamos en tener nuestro propio espacio para nosotros y abierto a la comunidad», manifestó el coordinador y cuando en 2007 pudieron tener su pileta propia «el crecimiento fue exponencial y la gente sin discapacidad venía sabiendo que hacía actividades, aprendía y compartía con personas con discapacidad».
En la actualidad hay más de 450 socios entre personas con y sin discapacidad, desde bebés hasta adultos. «Eso es inclusión, que la persona con y sin discapacidad interactúen permanentemente», remató Huerga y contó que a la ONG llegan familias de Rosario, Villa Constitución, San Nicolás, Pérez, Roldán, Granadero Baigorria y varias localidades del sur de Santa Fe. «Toda la gente que se pueda llegar que venga, no le decimos que no a nadie», deslizó el referente de la ONG.
El proyecto que transita el camino para cumplir 25 años tiene a familias unidas desde el día cero. «Las familias tiburonas aprendimos juntos que cuando hablamos de inclusión primero hay que definirla, porque muchas veces nos invitaban a un acto inclusivo donde solo asistían personas con discapacidad y era una inclusión interna», explicó con ironía, pero rápidamente destacó: «Y la inclusión es estar con un otro que tiene o no discapacidad y se pueda compartir todo, para eso necesitas un espacio donde interactúen sin problema».
El próximo paso para el Centro Cultura es «profundizar este proyecto» y agregó: «Hay que meterle con todo el tipo de actividades como empezar un taller de Música o Teatro, que en su momento fue buena pero no teníamos lugar».
Huerga invitó a todo aquel que quiera sumarse al proyecto e instó a que visiten el lugar que se encuentra en Avenida Rivadavia y Cardozo, en Arroyo Seco: «Pueden venir de 10 a 20 y hablar con los profes, que los orienten y ahí congeniamos horarios para que vengan», concluyó.