Más de 1.200 personas murieron por el sismo y el tsunami en la isla indonesia de Célebes, donde este martes continuaban las operaciones de búsqueda y la policía intentaba evitar saqueos.
La policía hizo disparos de advertencia y lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la gente que saqueaba comercios en Palu, una ciudad costera destrozada por el temblor de 7,5 grados de magnitud y el tsunami que le siguió el pasado viernes.
Los sobrevivientes luchan contra el hambre y la sed y los hospitales locales están saturados por los heridos.