La primera ministra británica, Theresa May, reunió este lunes a su gabinete e informará al Parlamento sobre el acuerdo del Brexit logrado con la Unión Europea, al tiempo que intenta vendérselo a un país escéptico.
May comparecerá ante la Cámara de los Comunes este lunes por la tarde para informar de la cumbre europea que la víspera selló el acuerdo de salida de Reino Unido de la UE, reafirmar que «no hay mejor acuerdo posible» y pedir a los diputados que lo apoyen en nombre del «interés nacional».
«Podemos respaldar este acuerdo, cumplir con lo votado en el referéndum y comenzar a construir un futuro más brillante», dirá May, según extractos de su discurso difundidos por Downing Street. «O esta cámara puede optar por rechazar este acuerdo y volver a la casilla de salida» lo que «abriría la puerta a más división y más incertidumbre», agregará.
El acuerdo sellado el domingo estipula los términos del Brexit, previsto el próximo 29 de marzo, y esboza las líneas de la futura relación entre ambas partes, «una cooperación lo más cercana posible» cuyos detalles llevará años negociar.
Aunque en el texto no queda plasmada ninguna garantía jurídica de que España tendrá, como reclamaba, la última palabra sobre la aplicación en Gibraltar de los términos de esa futura relación, el gobierno de Madrid recibió la promesa escrita de Londres y la UE, lo que enfureció aún más a los detractores del acuerdo.
«La reivindicación española de Gibraltar fue firmemente impulsada por el dictador fascista Francisco Franco y ahora estará sonriendo en su tumba tras esta capitulación», afirmó el líder del partido euroescéptico UKIP Gerard Batten, acusando a May de «traición».
«Desastre» y «humillación»
Según una fuente europea, May reconoció en Bruselas que de momento no cuenta con una mayoría parlamentaria para aprobar el texto, pero dijo que advertiría a sus diputados rebeldes, unos 80 de los cuales declararon públicamente que votarán en contra, de que muchos podrían perder sus escaños en las próximas elecciones si el acuerdo es rechazado.
«May tiene razón: la única alternativa al acuerdo es un Brexit sin acuerdo o que no haya Brexit», escribía el lunes el diario conservador The Times, pese a considerar que se trata de un «mal acuerdo».
May se embarcará ahora en una intensa campaña para defenderlo por todo el país, antes de la votación de los legisladores que según varias informaciones podría tener lugar hacia el 12 de diciembre.
En un intento por contrarrestar el peso de los diputados conservadores rebeldes, la primera ministra lleva tiempo intentado atraer a los opositores laboristas y el lunes, tras la intervención en el parlamento, su equipo tenía previsto mantener una reunión especial con estos legisladores.
El líder laborista, Jeremy Corbyn, ya afirmó que su formación rechazará el acuerdo, pero May espera seducir a los representantes de circunscripciones obreras que votaron por salir de la UE en el referéndum de 2016. Y el lunes se decía que incluso estudia la posibilidad de un debate televisado con Corbyn.
Los más acérrimos defensores del Brexit fustigan el acuerdo por considerar que mantiene a Reino Unido demasiado alineado con el bloque comunitario.
El exministro de Relaciones Exteriores Boris Johnson, que dimitió del gobierno en julio por su oposición al texto que May estaba negociando, lo calificó de «desastre» y «humillación» para Reino Unido, país que seguirá siendo «un Estado satélite» de la UE.
Y el pequeño partido norirlandés DUP, cuyos 10 diputados respaldaron al gobierno de May desde las elecciones de 2017, advirtió que le retirará su respaldo si el parlamento aprueba el acuerdo.
Miembros del gobierno reconocieron que la cuesta es empinada, pero están decididos a superarla en las próximas dos semanas.
«Le daremos al pueblo británico lo que votó», afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, a la BBC.
Mientras tanto, el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social, un organismo independiente, publicó el lunes un estudio del impacto que este acuerdo tendría en la economía británica.
«Consideramos que el Producto Interno Bruto per Capita sería 3% inferior bajo el acuerdo de Brexit de noviembre de 2018 y la negociación exitosa de un acuerdo de libre comercio con la UE, comparado con seguir siendo miembros» del bloque, escribieron sus expertos.