Tachada de «provocación» por activistas y políticos independentistas catalanes, una reunión del Ejecutivo español prevista para este viernes bajo fuerte protección policial en Barcelona suscitaba la polémica este miércoles entre el gobierno central y los separatistas.
En un contexto de creciente tensión entre Madrid y los independentistas catalanes a más de un año de la fallida secesión de Cataluña, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, encabezará este viernes un Consejo de Ministros en la capital catalana.
«Este Consejo de Ministros no es una provocación», remarcó este miércoles a periodistas la vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, alegando que se inscribe dentro de «la normalidad de la estructura de nuestro Estado».
El gobierno socialista de Sánchez ya reunió a su Ejecutivo en octubre en Sevilla, capital andaluza, y prevé hacerlo en Extremadura el año próximo.
No obstante, numerosos independentistas han calificado la reunión de «provocación» y varias organizaciones han llamado a manifestarse el viernes. Las autoridades temen acciones relámpago de activistas radicales y han reforzado la seguridad.
«El 21 de diciembre seremos ingobernables. Tumbemos el régimen», claman los militantes radicales de los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) en su cuenta de Twitter, junto a una foto del rey Felipe VI en llamas.
La vicepresidenta Calvo insistió este miércoles en hablar de «una situación de normalidad», confirmando un encuentro el jueves por la tarde entre Sánchez y el presidente regional catalán, el independentista Quim Torra, mientras que ella se verá con su par catalán, Pere Aragonés.
Pero el formato del encuentro sigue siendo motivo de polémica, ya que el gobierno catalán exige una «cumbre», como si se tratara de los Ejecutivos de Estados diferentes.
«Repito, no es una reunión de gobierno a gobierno porque el gobierno de España gobierna Cataluña y esa forma no es para nada planteable», insistió la vicepresidenta Calvo.
«Habrá cumbre de gobiernos y el día que queremos nosotros. Y unos minutos de cortesía entre los presidentes, pero no una reunión entre los dos», afirmó de su lado a la AFP el servicio de prensa del gobierno catalán.