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Temor por una escalada en Siria tras el anuncio de Trump


En medio de un clima de creciente expectativa y temor de una escalada militar internacional en Siria, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy que responderá al presunto ataque químico que dejó al menos 42 muertos en un bastión opositor en Siria el fin de semana con «una importante decisión» en las próximas 24 o 48 horas.

Poco después de que Trump lanzara esta amenaza en una reunión de gabinete frente a la prensa, su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, fue contundente en el Consejo de Seguridad al adelantar que su país actuará con o sin el consenso del órgano, según la agencia de noticias EFE.

«La Historia registrará este como el momento en el que el Consejo de Seguridad cumplió con su deber o demostró su fracaso total y completo para proteger a los sirios. De cualquier manera, Estados Unidos responderá», afirmó la embajadora.

Del otro lado de la mesa, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, fue categórico al negar cualquier ataque químico por parte del Ejército sirio o sus aliados, como ya lo había hecho su presidente, Vladimir Putin, horas antes en una conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel.

El diplomático desmintió todos los videos, imágenes y testimonios que difundieron en los últimos días organizaciones de rescatistas, médicos y otros grupos cercanos a la oposición siria, que siguen presenten en Duma, la localidad atacada en Ghouta Oriental, la región de los suburbios de Damasco que se volvió el último bastión rebelde importante en la zona y en el objetivo de la principal ofensiva del Ejército desde hace meses.

Nebenzia dijo en el Consejo de Seguridad que «no hay evidencia del gas de cloro o de un gas nervioso, ni pacientes ni cadáveres» y acusó a milicianos entrenados por Estados Unidos de escenificar un ataque químico para crear las condiciones para más bombardeos norteamericanos.

Desde el inicio de la guerra en Siria hace más de siete años, cuando era un conflicto civil y las potencias globales y regionales como Estados Unidos, Rusia, Turquía e Irán aún no peleaban abiertamente en el país, Moscú garantiza que cada intento de Washington y las potencias europeas de condenar una masacre o un ataque del Ejército sirio sea vetado en el Consejo de Seguridad.

Haley advirtió en la reunión de emergencia del máximo órgano decisional de la ONU que la Casa Blanca ya no aceptará esa situación: «Estados Unidos está decidido a ver a (presidente sirio Bashar al) Assad asumir su responsabilidad y Rusia no mantendrá como rehén a Estados Unidos».

Desde que en noviembre pasado Rusia vetó la continuidad del mecanismo conjunto de la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) para determinar quién está detrás de repetidos ataques con armas químicas comprobados en Siria a partir de 2013, cuando supuestamente el país se desarmó ante los ojos del mundo, Washington y las potencias europeas piden reactivarlo.

Hoy Haley presentó un borrador de resolución para crear un nuevo mecanismo internacional, una propuesta que seguramente Rusia vetará y que podría servirle de argumento a Trump para decidir actuar solo, como ya adelantó su embajadora.

Grupos de médicos, rescatistas y la organización pro opositora con sede en Londres, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, denunciaron que entre 42 y 150 personas, en su mayoría civiles, murieron en el ataque y más de 1.000 resultaron heridas.

Las imágenes que difundieron muestran principalmente niños con espuma saliendo de la boca y con problemas para respirar.

Ayer el propio Trump no dudó en responsabilizar directamente al presidente sirio y a sus principales aliados internacionales, su par ruso y su par iraní, Hasan Rohani, e inmediatamente comenzó una serie de reuniones a puertas cerradas con asesores de seguridad nacional, defensa y su gabinete para definir una posible respuesta.
Inclusive Trump llamó a aliados internacionales, como el presidente francés, Emmanuel Macron, para sumar su apoyo a una respuesta conjunta.

En este contexto de creciente expectativa por lo que podría ser el segundo ataque estadounidense contra el Ejército sirio, el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, advirtió hoy que no descarta ningún tipo de respuesta, militar o diplomática.

«Lo primero que tenemos que examinar es por qué todavía se están usando armas químicas si Rusia era el garante de la retirada de todas las armas químicas», agregó, en referencia al desarme que consiguió Moscú en 2013 y que permitió frenar lo que parecía una invasión militar inminente del gobierno estadounidense de Barack Obama.

Otro elemento que alimentó el clima de tensión internacional fue un ataque no reivindicado que golpeó hoy un aeropuerto sirio en la ciudad de Homs, en el centro de Siria.

Al menos 14 soldados y milicianos murieron en el bombardeo aéreo contra esa base, en la que operaban fuerzas iraníes y del grupo armado libanés Hezbollah, y el Ministerio de Defensa ruso acusó públicamente a Israel.

Poco después, el gobierno sirio advirtió a Israel sobre las «peligrosas consecuencias» de lo que sería un nuevo ataque en suelo sirio y denunció que este bombardeo no hubiera sido posible sin el apoyo de Estados Unidos, según una carta enviada por la Cancillería al Consejo de Seguridad de la ONU antes de la reunión.

Antes de empezar la discusión entre Estados Unidos y Rusia, el mediador de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, intentó, sin éxito, imprimirle un tono de cautela a la reunión.

«No vemos una desescalación, vemos lo contrario», advirtió el diplomático y recordó que los únicos que pagan un «alto, alto, alto» precio son los civiles sirios.

Hace años que la ONU dejó de contar muertos en Siria, que sin dudas ya suman cientos de miles, pero sí se sabe que más de la mitad de la mitad de la población tuvo que abandonar sus hogares y buscar refugio dentro y fuera del país.