Por José Odisio
Sebastián Peratta salió a bancar a Kudelka. Y más allá de diferencias o cuestionamientos que hay sobre el entrenador a partir de un flojo rendimiento del equipo en la Copa Maradona, salir rápido a despejar rumores o especulaciones sobre la continuidad del DT parece una idea correcta, aunque esta acción debe estar acompañada de una revisión del cuerpo técnico de errores, en especial en la preparación física, y la llegada de refuerzos para, como dice Peratta, darle más opciones en algunos puestos donde el plantel estaba corto.
El Director Deportivo leproso considera que Newell’s tiene un plantel superior al 70% de otros equipos. Y no está desacertado. Con el diario del lunes, muchos pueden suponer que esta idea es incorrecta. Pero en la previa cualquiera consideraba que Newell’s tenía plantel para pelear el título. ¿O acaso Aguerre, Gentiletti, Pablo Pérez, Palacios, Maxi y Nacho no son jugadores de jerarquia que cualquiera quisiera tener? Ni hablar de Cacciabue, Moreno y una camada de juveniles prometedores. Había material, estuvo mal administrado.
Entonces, ¿por qué bancar al DT? La primera respuesta que surge espontáneamente es que «no hay otro». Beccacece está fuera del presupuesto, Davobe se va a San Lorenzo, y Crespo hoy está en la mira de todos, con Bragarnik frotándose las manos sabiendo que habrá mucha demanda de clubes grandes e incluso de afuera. Otras opciones no son más que Kudelka, que tiene la ventaja de conocer al plantel -juveniles incluidos- y además sabe lo que se hizo mal en cuanto a lo físico y a lo táctico. Y con una pretemporada que apenas tendrá 3 semanas, esa puede ser una ventaja respecto de un nuevo entrenador.
La dirigencia bancó en palabras, ahora debe respaldar con esos tres o cuatro refuerzos necesarios para que la participación en la Sudamericana tenga sentido. La prioridad es un dos, que no haga extrañar tanto a Lema como pasó con Guanini. Y si no se puede retener económicamente a Palacios -depende de Independiente y su nuevo DT que aún no está- habrá que buscar otro delantero de ese nivel. Los otros refuerzos pasan más por gusto del DT para no estar corto en algunas posiciones, pero un dos y un delantero son tan necesarios como una buena preparación física.
Alguna vez, y no hace mucho tiempo, el hincha leproso se enamoró de Kudelka. Elogiaba su idea de juego, sus refuerzos, sus declaraciones. Y tenía razones genuinas. Porque el técnico sacó al equipo de una chance real de descender, y eso merece reconocimiento. Pero ahora la vara subió. Ya no alcanza con ganar los partidos «ganables». Se exige un poco más, se pide un salto de calidad más acorde a la historia de Newell’s que el propio Kudelka siempre pondera. Está en él demostrar si está a la altura de este nuevo desafío.